En las calles bulliciosas y llenas de ritmo del Nueva York de los años 70, donde la escena de música latina palpitaba con energía, un proyecto clandestino surgió de entre las sombras para convertirse en una joya perdida de brillantez musical cruda y sin filtros: el legendario álbum “Brooklyn Sounds!”. Creada por el audaz Bobby Marin, un maestro siempre con ganas de riesgo, esta obra maestra no es sólo un álbum; es una rebelión sonora que refleja el espíritu indómito de la ciudad.

Hay que imaginar una noche de tormenta en 1971, cuando la banda Brooklyn Sounds esperaba con la nieve hasta los tobillos, lista para desatar su sonido indómito. Bobby Marin, armado con determinación y una habilidad especial, orquestó una operación de estudio a medianoche para grabar las pistas instrumentales. Un movimiento audaz y clandestino con un resultado extraordinario: el nacimiento de un álbum que desafiaría las convenciones.

La icónica portada del álbum, creación del visionario Charlie Rosario, es un testimonio de las raíces urbanas de la banda. Una cruda fotografía en blanco y negro de una escalera de incendios cubierta de nieve resume la dura realidad de la ciudad que dio origen al sonido inconfundible de Brooklyn Sounds.

Mientras las cintas giraban en el estudio, capturando la esencia del guaguancó, el son montuno, la bomba y el soul latino, la música de la banda hablaba a las calles, contando historias de romances rotos, santería, raíces puertorriqueñas y juerga desenfrenada en la ciudad que nunca duerme. La grabación desprende una vibra salvaje y humeante, llena de salsa dura underground totalmente Nuyorican reforzada con trombones crudos y percusión directa.

Publicado en el audaz sello Salsa Records, un nombre que llamó la atención y levantó cejas, “Brooklyn Sounds!” rompió moldes y se negó a quedar limitado a las tendencias dominantes. El LP pronto se convirtió en un tesoro codiciado, trascendiendo sus orígenes de bajo presupuesto.

Esta joya perdida de la música latina, con sus ritmos implacables y su espíritu indómito, nunca sucumbió a las ondas radiofónicas controladas por los grandes sellos. Es una rebelión contra el sistema, un testimonio de la vocación inconformista de la banda. Si bien es posible que Brooklyn Sounds no haya logrado el alcance del mainstream, su impacto resuena en los círculos de coleccionistas de todo el mundo, desde Toronto hasta Tokio, donde los entusiastas anhelan lo raro, lo crudo y lo rebelde.

Sumérgete en sus ritmos contagiosos, siente la autenticidad inundando cada pista y deja que “Brooklyn Sounds!” te lleve en un viaje de regreso a las calles indómitas del Nueva York de los años 70.