El alma de la estrella

Diseño Corbusier

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Golpe de amistad
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Ritmo 21
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Club del ruido
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Lamento testamento
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Sendero luminoso
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Chiquillo
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Plegaria_Diseño Corbusier
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Malinconia_Diseño Corbusier
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SKU: MR 433  |  EAN o ISBN: 8435008843311

Diseño Corbusier fue un proyecto único y fascinante de electrónica de vanguardia formado en Granada por Ani Zinc, quien también grababa bajo el nombre de Neo Zelanda, y Javier G Marín.

Su segundo LP, “El alma de la estrella” (1986), es una maravilla de artesanía sonora que une elementos de música industrial, tecno minimal y manipulación vocal a través de un acercamiento completamente personal y dadaísta.

A mediados de los 80, Granada fue un reducto de resistencia vanguardista. Mientras Madrid sacaba pecho como capital de la escena nuevaolera —la manida movida—, la ciudad andaluza se situaba, lejos del punto de mira de los medios de comunicación, dentro de una amplia red europea de libre circulación de ideas y conocimiento que podríamos conectar con el actual movimiento copyleft. Una escena internacional en la que los músicos eran también editores y los artistas eran a su vez fans. Intercambiaban música siguiendo una filosofía do-it-yourself en la que las cintas de casete se revelaban como un vehículo de difusión idóneo.

Ani Zinc se volvería una experta aficionada a tales actividades. Siendo niña, la radio era su única vía de acceso a la música. 'Remember Love', la repetitiva canción de Yoko Ono, sería lo primero que le marcaría. Más tarde descubriría a Llorenç Barber. Sería al llegar a Granada a estudiar Psicología cuando se daría cuenta de que no era la única interesada en ese tipo de música que no se parecía a nada más. La cercanía con África también hacía posible que en la radio sonaran emisoras tanto con flamenco como con música árabe. Ella grabaría esos sonidos con un radiocasete y manipularía los trozos de cinta magnética con sus propias manos. Sin poder quitarse de la cabeza la canción de Yoko Ono, comenzaría a explorar las posibilidades de su voz. Diseño Corbusier nace de esa obsesión. Y también de las exploraciones en la electrónica de Javier G. Marín, por entonces estudiante de 1º de Derecho. Se habían conocido en 1981 a través de un anuncio en la revista musical Vibraciones. “Si te gustan grupos como Cabaret Voltaire o Flying Lizards, llámame”, había escrito Marín.

Si su primer disco (“Pérfido encanto”, 1985) era un experimento vibrante en el que los ritmos aún no habían desarrollado potencia, con “El alma de la estrella” (1986) el dúo logró un gran avance. Renovaron sus aparatos y firmaron un acuerdo de distribución entre su propio sello, Auxilio de Cientos, y una de las independientes más prósperas en España en los 80, Nuevos Medios, que trabajaba también con sellos como Factory en esa época.

'Golpe de amistad' apareció como la canción más internacional dentro de un repertorio brillante, expresionista y encantadoramente doméstico. Con mayor seguridad que nunca, Ani Zinc manipuló la realidad como si fuera plastilina. En “El alma de la Estrella” reunió todas sus obsesiones. Con 'Chiquillo' imitó las voces de mujeres enfadadas que poblaban las calles del barrio humilde en el que había crecido. 'Ritmo 21' no puede ocultar su admiración por el registro vocal de Yoko Ono y los discos de cantantes francesas que su hermana solía traerle de París. 'El club del ruido' surgió como un documento fragmentado de una entrevista que hicieron para un programa de radio del mismo título.

Más que música electrónica o industrial, el segundo álbum de Diseño Corbusier resulta una vibrante pieza de artesanía sonora doméstica. Muy pocos lo llegaron a escuchar. A la aparente falta de interés por parte de Nuevos Medios en promocionar un tipo de música que era mejor recibido fuera de España no ayudó la reciente graduación de la pareja. Las escasas ventas, inferiores al millar de copias, no alentaron el propósito de la pareja de llegar a vivir de su imaginación.

Es 1982. Con el retraso que obligan décadas de aislamiento internacional, Madrid y Granada recreaban, a su manera y sin saberlo, los roles que Londres y Sheffield habían asumido durante el año del punk. La capital acapara titulares, obliga a girar todos los focos hacia ella y deja en sombra todo aquel rincón más allá de sus lindes. A 400 kilómetros hacia el sur, Granada desarrollaba una escena experimental que no disponía de un altavoz para anunciar que allí sucedían cosas. Como la extraña alianza que formaron una futura psicóloga sin contacto con la música y dos estudiantes de derecho obsesionados por el poder de las máquinas pero con diferentes filosofías. Rafael Flores creía en el ruidismo absoluto de grupos como Throbing Gristle como fuente de energía inagotable. Javier G Marín tenía un concepto más sexy de los sintetizadores. La selección fue natural: Marín y Ani Zinc (le gustaba la fonética del término anything) se despidieron amistosamente de Flores, quien tuvo una notable trayectoria con su alias Comando Bruno.

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Chiquillo
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Malinconia_Diseño Corbusier
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Diseño Corbusier fue un proyecto único y fascinante de electrónica de vanguardia formado en Granada por Ani Zinc, quien también grababa bajo el nombre de Neo Zelanda, y Javier G Marín.

Su segundo LP, “El alma de la estrella” (1986), es una maravilla de artesanía sonora que une elementos de música industrial, tecno minimal y manipulación vocal a través de un acercamiento completamente personal y dadaísta.

A mediados de los 80, Granada fue un reducto de resistencia vanguardista. Mientras Madrid sacaba pecho como capital de la escena nuevaolera —la manida movida—, la ciudad andaluza se situaba, lejos del punto de mira de los medios de comunicación, dentro de una amplia red europea de libre circulación de ideas y conocimiento que podríamos conectar con el actual movimiento copyleft. Una escena internacional en la que los músicos eran también editores y los artistas eran a su vez fans. Intercambiaban música siguiendo una filosofía do-it-yourself en la que las cintas de casete se revelaban como un vehículo de difusión idóneo.

Ani Zinc se volvería una experta aficionada a tales actividades. Siendo niña, la radio era su única vía de acceso a la música. 'Remember Love', la repetitiva canción de Yoko Ono, sería lo primero que le marcaría. Más tarde descubriría a Llorenç Barber. Sería al llegar a Granada a estudiar Psicología cuando se daría cuenta de que no era la única interesada en ese tipo de música que no se parecía a nada más. La cercanía con África también hacía posible que en la radio sonaran emisoras tanto con flamenco como con música árabe. Ella grabaría esos sonidos con un radiocasete y manipularía los trozos de cinta magnética con sus propias manos. Sin poder quitarse de la cabeza la canción de Yoko Ono, comenzaría a explorar las posibilidades de su voz. Diseño Corbusier nace de esa obsesión. Y también de las exploraciones en la electrónica de Javier G. Marín, por entonces estudiante de 1º de Derecho. Se habían conocido en 1981 a través de un anuncio en la revista musical Vibraciones. “Si te gustan grupos como Cabaret Voltaire o Flying Lizards, llámame”, había escrito Marín.

Si su primer disco (“Pérfido encanto”, 1985) era un experimento vibrante en el que los ritmos aún no habían desarrollado potencia, con “El alma de la estrella” (1986) el dúo logró un gran avance. Renovaron sus aparatos y firmaron un acuerdo de distribución entre su propio sello, Auxilio de Cientos, y una de las independientes más prósperas en España en los 80, Nuevos Medios, que trabajaba también con sellos como Factory en esa época.

'Golpe de amistad' apareció como la canción más internacional dentro de un repertorio brillante, expresionista y encantadoramente doméstico. Con mayor seguridad que nunca, Ani Zinc manipuló la realidad como si fuera plastilina. En “El alma de la Estrella” reunió todas sus obsesiones. Con 'Chiquillo' imitó las voces de mujeres enfadadas que poblaban las calles del barrio humilde en el que había crecido. 'Ritmo 21' no puede ocultar su admiración por el registro vocal de Yoko Ono y los discos de cantantes francesas que su hermana solía traerle de París. 'El club del ruido' surgió como un documento fragmentado de una entrevista que hicieron para un programa de radio del mismo título.

Más que música electrónica o industrial, el segundo álbum de Diseño Corbusier resulta una vibrante pieza de artesanía sonora doméstica. Muy pocos lo llegaron a escuchar. A la aparente falta de interés por parte de Nuevos Medios en promocionar un tipo de música que era mejor recibido fuera de España no ayudó la reciente graduación de la pareja. Las escasas ventas, inferiores al millar de copias, no alentaron el propósito de la pareja de llegar a vivir de su imaginación.

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Diseño Corbusier fue un proyecto único y fascinante de electrónica de vanguardia formado en Granada por Ani Zinc, quien también grababa bajo el nombre de Neo Zelanda, y Javier G Marín.

Su segundo LP, “El alma de la estrella” (1986), es una maravilla de artesanía sonora que une elementos de música industrial, tecno minimal y manipulación vocal a través de un acercamiento completamente personal y dadaísta.

A mediados de los 80, Granada fue un reducto de resistencia vanguardista. Mientras Madrid sacaba pecho como capital de la escena nuevaolera —la manida movida—, la ciudad andaluza se situaba, lejos del punto de mira de los medios de comunicación, dentro de una amplia red europea de libre circulación de ideas y conocimiento que podríamos conectar con el actual movimiento copyleft. Una escena internacional en la que los músicos eran también editores y los artistas eran a su vez fans. Intercambiaban música siguiendo una filosofía do-it-yourself en la que las cintas de casete se revelaban como un vehículo de difusión idóneo.

Ani Zinc se volvería una experta aficionada a tales actividades. Siendo niña, la radio era su única vía de acceso a la música. 'Remember Love', la repetitiva canción de Yoko Ono, sería lo primero que le marcaría. Más tarde descubriría a Llorenç Barber. Sería al llegar a Granada a estudiar Psicología cuando se daría cuenta de que no era la única interesada en ese tipo de música que no se parecía a nada más. La cercanía con África también hacía posible que en la radio sonaran emisoras tanto con flamenco como con música árabe. Ella grabaría esos sonidos con un radiocasete y manipularía los trozos de cinta magnética con sus propias manos. Sin poder quitarse de la cabeza la canción de Yoko Ono, comenzaría a explorar las posibilidades de su voz. Diseño Corbusier nace de esa obsesión. Y también de las exploraciones en la electrónica de Javier G. Marín, por entonces estudiante de 1º de Derecho. Se habían conocido en 1981 a través de un anuncio en la revista musical Vibraciones. “Si te gustan grupos como Cabaret Voltaire o Flying Lizards, llámame”, había escrito Marín.

Si su primer disco (“Pérfido encanto”, 1985) era un experimento vibrante en el que los ritmos aún no habían desarrollado potencia, con “El alma de la estrella” (1986) el dúo logró un gran avance. Renovaron sus aparatos y firmaron un acuerdo de distribución entre su propio sello, Auxilio de Cientos, y una de las independientes más prósperas en España en los 80, Nuevos Medios, que trabajaba también con sellos como Factory en esa época.

'Golpe de amistad' apareció como la canción más internacional dentro de un repertorio brillante, expresionista y encantadoramente doméstico. Con mayor seguridad que nunca, Ani Zinc manipuló la realidad como si fuera plastilina. En “El alma de la Estrella” reunió todas sus obsesiones. Con 'Chiquillo' imitó las voces de mujeres enfadadas que poblaban las calles del barrio humilde en el que había crecido. 'Ritmo 21' no puede ocultar su admiración por el registro vocal de Yoko Ono y los discos de cantantes francesas que su hermana solía traerle de París. 'El club del ruido' surgió como un documento fragmentado de una entrevista que hicieron para un programa de radio del mismo título.

Más que música electrónica o industrial, el segundo álbum de Diseño Corbusier resulta una vibrante pieza de artesanía sonora doméstica. Muy pocos lo llegaron a escuchar. A la aparente falta de interés por parte de Nuevos Medios en promocionar un tipo de música que era mejor recibido fuera de España no ayudó la reciente graduación de la pareja. Las escasas ventas, inferiores al millar de copias, no alentaron el propósito de la pareja de llegar a vivir de su imaginación.


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Diseño Corbusier fue un proyecto único y fascinante de electrónica de vanguardia formado en Granada por Ani Zinc, quien también grababa bajo el nombre de Neo Zelanda, y Javier G Marín.

Su segundo LP, “El alma de la estrella” (1986), es una maravilla de artesanía sonora que une elementos de música industrial, tecno minimal y manipulación vocal a través de un acercamiento completamente personal y dadaísta.

A mediados de los 80, Granada fue un reducto de resistencia vanguardista. Mientras Madrid sacaba pecho como capital de la escena nuevaolera —la manida movida—, la ciudad andaluza se situaba, lejos del punto de mira de los medios de comunicación, dentro de una amplia red europea de libre circulación de ideas y conocimiento que podríamos conectar con el actual movimiento copyleft. Una escena internacional en la que los músicos eran también editores y los artistas eran a su vez fans. Intercambiaban música siguiendo una filosofía do-it-yourself en la que las cintas de casete se revelaban como un vehículo de difusión idóneo.

Ani Zinc se volvería una experta aficionada a tales actividades. Siendo niña, la radio era su única vía de acceso a la música. 'Remember Love', la repetitiva canción de Yoko Ono, sería lo primero que le marcaría. Más tarde descubriría a Llorenç Barber. Sería al llegar a Granada a estudiar Psicología cuando se daría cuenta de que no era la única interesada en ese tipo de música que no se parecía a nada más. La cercanía con África también hacía posible que en la radio sonaran emisoras tanto con flamenco como con música árabe. Ella grabaría esos sonidos con un radiocasete y manipularía los trozos de cinta magnética con sus propias manos. Sin poder quitarse de la cabeza la canción de Yoko Ono, comenzaría a explorar las posibilidades de su voz. Diseño Corbusier nace de esa obsesión. Y también de las exploraciones en la electrónica de Javier G. Marín, por entonces estudiante de 1º de Derecho. Se habían conocido en 1981 a través de un anuncio en la revista musical Vibraciones. “Si te gustan grupos como Cabaret Voltaire o Flying Lizards, llámame”, había escrito Marín.

Si su primer disco (“Pérfido encanto”, 1985) era un experimento vibrante en el que los ritmos aún no habían desarrollado potencia, con “El alma de la estrella” (1986) el dúo logró un gran avance. Renovaron sus aparatos y firmaron un acuerdo de distribución entre su propio sello, Auxilio de Cientos, y una de las independientes más prósperas en España en los 80, Nuevos Medios, que trabajaba también con sellos como Factory en esa época.

'Golpe de amistad' apareció como la canción más internacional dentro de un repertorio brillante, expresionista y encantadoramente doméstico. Con mayor seguridad que nunca, Ani Zinc manipuló la realidad como si fuera plastilina. En “El alma de la Estrella” reunió todas sus obsesiones. Con 'Chiquillo' imitó las voces de mujeres enfadadas que poblaban las calles del barrio humilde en el que había crecido. 'Ritmo 21' no puede ocultar su admiración por el registro vocal de Yoko Ono y los discos de cantantes francesas que su hermana solía traerle de París. 'El club del ruido' surgió como un documento fragmentado de una entrevista que hicieron para un programa de radio del mismo título.

Más que música electrónica o industrial, el segundo álbum de Diseño Corbusier resulta una vibrante pieza de artesanía sonora doméstica. Muy pocos lo llegaron a escuchar. A la aparente falta de interés por parte de Nuevos Medios en promocionar un tipo de música que era mejor recibido fuera de España no ayudó la reciente graduación de la pareja. Las escasas ventas, inferiores al millar de copias, no alentaron el propósito de la pareja de llegar a vivir de su imaginación.

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