Los Piolines
No quiero pensar
Munster
Los Piolines
No quiero pensar
Si se suponÃa que los 90 iban a pasar a la historia por ser la década en la que triunfarÃa el indie que trajo el noise pop, o que se la recordarÃa por los aguerridos sonidos que provenÃan de los rincones más montaraces de barrios como Malasaña en Madrid, ¿cómo es posible que llegase a prosperar una propuesta como la de Piolines? ¿Cómo es que una banda que salÃa con caretas de lo más variopinto o vestidos de canarios para tocar en directo, que utilizaban la contundencia del punk para disimular quizás deficiencias técnicas y que eran capaz de facturar álbumes de más de 40 temas que apenas llegaban al medio minuto aguantaran más de un disco? Danni Danniel (cantante y guitarrista) señala una posible razón para la acogida que tuvieron: Nos lo pasábamos bien y eso se transmite, supongo. Para el fanzine Pogo en Togo, Enano (baterÃa) dejaba claro desde el principio: Los Piolines siempre fuimos una broma (…) Nos importaba pasarlo bien.