RAY PEREZ Y SUS KENYAS
RA! RAI!
RAY PEREZ Y SUS KENYAS
RA! RAI!
A pesar de no ser uno de los discos más conocidos de Ray Pérez, “Ra! Rai!” merece serlo. El LP está repleto de himnos de salsa dura aderezados con un atrevido y excéntrico eclecticismo que refleja el genio único del pianista venezolano.
Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
Lanzado en 1969, fue el cuarto y último álbum de la formación original de Los Kenya del pianista, compositor, arreglista y cantante venezolano Ray “Rai” Pérez. Este disco de título tan extraño ha sido injustamente olvidado excepto para los más avezados coleccionistas e historiadores de la salsa venezolana. De hecho, es una pieza fundamental en la larga carrera de Pérez al marcar el final de su segunda etapa cuando el pianista emergente comenzaba a lograr un cierto impacto en la escena y buscaba sin descanso un estilo que le resultara a la vez satisfactorio a nivel creativo y de éxito comercialmente.
Por aportar algo de contexto, conviene apuntar que los últimos 60s fueron una época muy intensa en la que Pérez hacía malabares en torno a sus distintas bandas de estudio: Los Dementes, Los Calvos y Los Kenya. El cantante Dimas Pedroza, que había abandonado a la orquesta rival Federico y Su Combo Latino para unirse a Pérez a comienzos de 1969, no permanecería mucho tiempo con Los Kenya debido a sus diferencias con el líder de la banda. Fue entonces cuando el nuevo conguero, Julián Orta, recomendó a un joven amigo suyo que no era profesional, Edmundo Vega Francia, de 22 años.
Pérez nos regala una mezcla de géneros, influencias y arreglos más bien ecléctica y ligeramente extraña, haciendo de este disco uno de sus grabaciones más interesantes. Sunshine pop-rock californiano (llamado con frecuencia simplemente surf en los discos de Los Kenya), calypso, soul y jazz son añadidos al puchero de salsa cocinada por “El Loco Ray” y su banda en “Ra! Rai!”. A lo largo del álbum la sección de trompetas mantiene el tono brillante y animado, al estilo de La Sonora Matancera y Ricardo Ray. Pérez usa su estilo para diferenciarse del protagonismo de los trombones que luce con Los Dementes. Buscando siempre sonidos diferentes en el teclado, Pérez introduce con su piano giros propios de la música clásica y el blues a la vez que guajeos tradicionales cubanos, como ya hicieran sus dos mayores influencias en este instrumento, Eddie Palmieri y Ricardo Ray.
Por suerte para los aficionados a la salsa, el disco contiene varios bombazos de este género para la pista de baile, con ‘San Juan Guaricongo’, ‘Pilar’, ‘Me voy a reír’ y ‘Chocolate’ siendo de lo mejor de su prolífica producción en los 60s. De forma adicional, el corte sincopado ‘Mi sonsito’ introduce el son montuno, dedicado a los salseros del barrio de Edmundo Francia y tocado a un tempo tan rápido que permite ser bailado como un boogaloo. En general, desde los cortes más pop a las canciones de salsa, el sonido es parecido al del grupo venezolano, aunque asentado en Colombia, Nelson y Sus Estrellas.
A pesar de no ser uno de sus discos más conocidos, “Ra! Rai!” merece serlo, no solo por sus himnos de salsa dura sino también por su atrevido y excéntrico eclecticismo así como su espíritu juvenil y rebelde, todo ello reflejo del genio único de Ray Pérez. Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado del propio maestro, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
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A pesar de no ser uno de los discos más conocidos de Ray Pérez, “Ra! Rai!” merece serlo. El LP está repleto de himnos de salsa dura aderezados con un atrevido y excéntrico eclecticismo que refleja el genio único del pianista venezolano.
Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
Lanzado en 1969, fue el cuarto y último álbum de la formación original de Los Kenya del pianista, compositor, arreglista y cantante venezolano Ray “Rai” Pérez. Este disco de título tan extraño ha sido injustamente olvidado excepto para los más avezados coleccionistas e historiadores de la salsa venezolana. De hecho, es una pieza fundamental en la larga carrera de Pérez al marcar el final de su segunda etapa cuando el pianista emergente comenzaba a lograr un cierto impacto en la escena y buscaba sin descanso un estilo que le resultara a la vez satisfactorio a nivel creativo y de éxito comercialmente.
Por aportar algo de contexto, conviene apuntar que los últimos 60s fueron una época muy intensa en la que Pérez hacía malabares en torno a sus distintas bandas de estudio: Los Dementes, Los Calvos y Los Kenya. El cantante Dimas Pedroza, que había abandonado a la orquesta rival Federico y Su Combo Latino para unirse a Pérez a comienzos de 1969, no permanecería mucho tiempo con Los Kenya debido a sus diferencias con el líder de la banda. Fue entonces cuando el nuevo conguero, Julián Orta, recomendó a un joven amigo suyo que no era profesional, Edmundo Vega Francia, de 22 años.
Pérez nos regala una mezcla de géneros, influencias y arreglos más bien ecléctica y ligeramente extraña, haciendo de este disco uno de sus grabaciones más interesantes. Sunshine pop-rock californiano (llamado con frecuencia simplemente surf en los discos de Los Kenya), calypso, soul y jazz son añadidos al puchero de salsa cocinada por “El Loco Ray” y su banda en “Ra! Rai!”. A lo largo del álbum la sección de trompetas mantiene el tono brillante y animado, al estilo de La Sonora Matancera y Ricardo Ray. Pérez usa su estilo para diferenciarse del protagonismo de los trombones que luce con Los Dementes. Buscando siempre sonidos diferentes en el teclado, Pérez introduce con su piano giros propios de la música clásica y el blues a la vez que guajeos tradicionales cubanos, como ya hicieran sus dos mayores influencias en este instrumento, Eddie Palmieri y Ricardo Ray.
Por suerte para los aficionados a la salsa, el disco contiene varios bombazos de este género para la pista de baile, con ‘San Juan Guaricongo’, ‘Pilar’, ‘Me voy a reír’ y ‘Chocolate’ siendo de lo mejor de su prolífica producción en los 60s. De forma adicional, el corte sincopado ‘Mi sonsito’ introduce el son montuno, dedicado a los salseros del barrio de Edmundo Francia y tocado a un tempo tan rápido que permite ser bailado como un boogaloo. En general, desde los cortes más pop a las canciones de salsa, el sonido es parecido al del grupo venezolano, aunque asentado en Colombia, Nelson y Sus Estrellas.
A pesar de no ser uno de sus discos más conocidos, “Ra! Rai!” merece serlo, no solo por sus himnos de salsa dura sino también por su atrevido y excéntrico eclecticismo así como su espíritu juvenil y rebelde, todo ello reflejo del genio único de Ray Pérez. Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado del propio maestro, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
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RA! RAI!
A pesar de no ser uno de los discos más conocidos de Ray Pérez, “Ra! Rai!” merece serlo. El LP está repleto de himnos de salsa dura aderezados con un atrevido y excéntrico eclecticismo que refleja el genio único del pianista venezolano.
Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
Lanzado en 1969, fue el cuarto y último álbum de la formación original de Los Kenya del pianista, compositor, arreglista y cantante venezolano Ray “Rai” Pérez. Este disco de título tan extraño ha sido injustamente olvidado excepto para los más avezados coleccionistas e historiadores de la salsa venezolana. De hecho, es una pieza fundamental en la larga carrera de Pérez al marcar el final de su segunda etapa cuando el pianista emergente comenzaba a lograr un cierto impacto en la escena y buscaba sin descanso un estilo que le resultara a la vez satisfactorio a nivel creativo y de éxito comercialmente.
Por aportar algo de contexto, conviene apuntar que los últimos 60s fueron una época muy intensa en la que Pérez hacía malabares en torno a sus distintas bandas de estudio: Los Dementes, Los Calvos y Los Kenya. El cantante Dimas Pedroza, que había abandonado a la orquesta rival Federico y Su Combo Latino para unirse a Pérez a comienzos de 1969, no permanecería mucho tiempo con Los Kenya debido a sus diferencias con el líder de la banda. Fue entonces cuando el nuevo conguero, Julián Orta, recomendó a un joven amigo suyo que no era profesional, Edmundo Vega Francia, de 22 años.
Pérez nos regala una mezcla de géneros, influencias y arreglos más bien ecléctica y ligeramente extraña, haciendo de este disco uno de sus grabaciones más interesantes. Sunshine pop-rock californiano (llamado con frecuencia simplemente surf en los discos de Los Kenya), calypso, soul y jazz son añadidos al puchero de salsa cocinada por “El Loco Ray” y su banda en “Ra! Rai!”. A lo largo del álbum la sección de trompetas mantiene el tono brillante y animado, al estilo de La Sonora Matancera y Ricardo Ray. Pérez usa su estilo para diferenciarse del protagonismo de los trombones que luce con Los Dementes. Buscando siempre sonidos diferentes en el teclado, Pérez introduce con su piano giros propios de la música clásica y el blues a la vez que guajeos tradicionales cubanos, como ya hicieran sus dos mayores influencias en este instrumento, Eddie Palmieri y Ricardo Ray.
Por suerte para los aficionados a la salsa, el disco contiene varios bombazos de este género para la pista de baile, con ‘San Juan Guaricongo’, ‘Pilar’, ‘Me voy a reír’ y ‘Chocolate’ siendo de lo mejor de su prolífica producción en los 60s. De forma adicional, el corte sincopado ‘Mi sonsito’ introduce el son montuno, dedicado a los salseros del barrio de Edmundo Francia y tocado a un tempo tan rápido que permite ser bailado como un boogaloo. En general, desde los cortes más pop a las canciones de salsa, el sonido es parecido al del grupo venezolano, aunque asentado en Colombia, Nelson y Sus Estrellas.
A pesar de no ser uno de sus discos más conocidos, “Ra! Rai!” merece serlo, no solo por sus himnos de salsa dura sino también por su atrevido y excéntrico eclecticismo así como su espíritu juvenil y rebelde, todo ello reflejo del genio único de Ray Pérez. Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado del propio maestro, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
RAY PEREZ Y SUS KENYAS
RA! RAI!
A pesar de no ser uno de los discos más conocidos de Ray Pérez, “Ra! Rai!” merece serlo. El LP está repleto de himnos de salsa dura aderezados con un atrevido y excéntrico eclecticismo que refleja el genio único del pianista venezolano.
Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.
Lanzado en 1969, fue el cuarto y último álbum de la formación original de Los Kenya del pianista, compositor, arreglista y cantante venezolano Ray “Rai” Pérez. Este disco de título tan extraño ha sido injustamente olvidado excepto para los más avezados coleccionistas e historiadores de la salsa venezolana. De hecho, es una pieza fundamental en la larga carrera de Pérez al marcar el final de su segunda etapa cuando el pianista emergente comenzaba a lograr un cierto impacto en la escena y buscaba sin descanso un estilo que le resultara a la vez satisfactorio a nivel creativo y de éxito comercialmente.
Por aportar algo de contexto, conviene apuntar que los últimos 60s fueron una época muy intensa en la que Pérez hacía malabares en torno a sus distintas bandas de estudio: Los Dementes, Los Calvos y Los Kenya. El cantante Dimas Pedroza, que había abandonado a la orquesta rival Federico y Su Combo Latino para unirse a Pérez a comienzos de 1969, no permanecería mucho tiempo con Los Kenya debido a sus diferencias con el líder de la banda. Fue entonces cuando el nuevo conguero, Julián Orta, recomendó a un joven amigo suyo que no era profesional, Edmundo Vega Francia, de 22 años.
Pérez nos regala una mezcla de géneros, influencias y arreglos más bien ecléctica y ligeramente extraña, haciendo de este disco uno de sus grabaciones más interesantes. Sunshine pop-rock californiano (llamado con frecuencia simplemente surf en los discos de Los Kenya), calypso, soul y jazz son añadidos al puchero de salsa cocinada por “El Loco Ray” y su banda en “Ra! Rai!”. A lo largo del álbum la sección de trompetas mantiene el tono brillante y animado, al estilo de La Sonora Matancera y Ricardo Ray. Pérez usa su estilo para diferenciarse del protagonismo de los trombones que luce con Los Dementes. Buscando siempre sonidos diferentes en el teclado, Pérez introduce con su piano giros propios de la música clásica y el blues a la vez que guajeos tradicionales cubanos, como ya hicieran sus dos mayores influencias en este instrumento, Eddie Palmieri y Ricardo Ray.
Por suerte para los aficionados a la salsa, el disco contiene varios bombazos de este género para la pista de baile, con ‘San Juan Guaricongo’, ‘Pilar’, ‘Me voy a reír’ y ‘Chocolate’ siendo de lo mejor de su prolífica producción en los 60s. De forma adicional, el corte sincopado ‘Mi sonsito’ introduce el son montuno, dedicado a los salseros del barrio de Edmundo Francia y tocado a un tempo tan rápido que permite ser bailado como un boogaloo. En general, desde los cortes más pop a las canciones de salsa, el sonido es parecido al del grupo venezolano, aunque asentado en Colombia, Nelson y Sus Estrellas.
A pesar de no ser uno de sus discos más conocidos, “Ra! Rai!” merece serlo, no solo por sus himnos de salsa dura sino también por su atrevido y excéntrico eclecticismo así como su espíritu juvenil y rebelde, todo ello reflejo del genio único de Ray Pérez. Por suerte el álbum ha sido ahora rescatado de la oscuridad y cuidadosamente restaurado, remasterizado de las cintas originales, totalmente licenciado del propio maestro, con su arte original de Pyraphon intacto, preservando y presentando el legado de esta gran música venezolana para la generación actual de aficionados a la salsa dura.