Afrosound surgió del deseo del vicepresidente de Discos Fuentes, José María Fuentes, de contar con una versión local de los sonidos emergentes de rock afro-latino que llegaban desde fuera del país, inspirados en artistas como Osibisa o Santana. La misión era emular los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. El tema de 1972 ‘La danza de los mirlos’ (de los peruanos Los Mirlos) fue un gran éxito en Colombia y con él surgió una nueva manera de interpretar el mayor patrimonio musical exportable, la cumbia, desde una perspectiva peruana. Los ejecutivos de Fuentes juntaron el año siguiente a un grupo de músicos expertos a quienes encargaron crear este tipo de música para el mercado local ya que confiaban en lograr un éxito similar.

Publicado en 1974, “Carruseles” de Afrosound es el tercer álbum del grupo y uno de sus discos más buscados, con razón. La grabación continua con la misma fórmula de mezclar guitarras sicodélicas, teclados exóticos, bajos profundos y ritmos duros afrocaribeños, pero en este caso la banda lo lleva aún más lejos, haciendo de este disco posiblemente su más experimental y divertido.

Fruko está de nuevo al mando en el estudio, controlando y a la vez permitiendo que los músicos exploren sus fantasías más disparatadas. Su hombre de confianza, Mario “Pachanga” Rincón, vuelve de nuevo a la mesa de mezclas, sacando todo tipo de trucos sonoros con efectos reverb y eco, edits y paneos, sonando todos como si se lo estuvieran pasando muy bien, y sin olvidar a Wilson Saoko con su habituales vocales juguetonas y extravagantes flotando por encima de todo.

Súmale el uso puntual de cajas de ritmo, moog y mellotrón y tienes la fórmula para un híbrido realmente único sin precedentes en Colombia. Lo que hace de este experimento afrosonoro algo cautivador son las contradicciones inherentes y los contrastes dentro de la propia receta, mezclando como hace estilos latinos convencionales como la cumbia, descarga, pregón o salsa con rock, funk y música africana, así como improvisaciones de estudio inclasificables.

El milagro no es que Fuentes confiara en sus propios músicos y su ingeniero para hacer un único disco, sino que les permitiera seguir publicando lanzamientos a lo largo de esa década y hasta la siguiente, generando un tesoro musical, siendo “Carruseles” la joya de la corona.

Sin embargo el LP original ha sido caro y difícil de conseguir en años recientes debido a su estatus de grial, por suerte ahora se ha remasterizado a partir de las cintas originales, con su arte original intacto, haciéndolo disponible de nuevo para ser redescubierto por los aficionados a la música colombiana de hoy.