A diferencia de otras bandas españolas de la época, Los Z-66 gozaron de unas condiciones únicas que hicieron posible que su sonido destacara como uno de los más avanzados en la escena nacional de finales de los 60.

Como también le ocurría a muchos otros grupos, su repertorio para amenizar salas de fiesta debía incluir los éxitos del momento y no siempre se abría a las canciones de las bandas internacionales más audaces, que era el sonido que más estimulaba a los músicos. En el caso de Los Z-66, su residencia en Mallorca suponía tener un acceso privilegiado a discos de difícil acceso, importados por el turismo extranjero, y a un ambiente mucho más moderno que en otros lugares del país. Las canciones en italiano y francés pronto dieron paso a los hits en inglés de Animals, Stones o Beatles. Pero fue el encargo recibido de parte de Mike Jeffries, manager de Jimi Hendrix, The Animals y otros, de ejercer de “banda titular” en el club Sgt. Pepper’s lo que permitió al grupo elevar sus directos a un nivel rara vez visto por estos lares… ¡Hasta incorporaron pronto el sonido distorsionado del fuzz en su guitarra al recibir como obsequio del propio Jimi Hendrix —que fue invitado a tocar en la inauguración del club— un pedal fuzz face!

Su excelente amalgama de soul contundente, psicodelia y pop se convirtió en su seña de identidad, no solo en los conciertos del grupo sino también en el puñado de singles y EPs que publicaron en el sello Regal. En sus canciones se plasmaba la influencia de bandas como The Move, Vanilla Fudge o Blood, Sweat & Tears, mostrando un sonido sólido, moderno e impactante.

Rescatamos ahora por primera vez su único larga duración, publicado en 1969, que es en realidad un compilado de canciones aparecidas previamente en formato 45 rpm, completado con dos cortes extras no incluidos en el LP original.

Esta reedición, que incluye un libreto con notas y fotos de la época, es un proyecto conjunto entre Munster y Runaway Records.