Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena
¡Así es... con Salsa!
Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena
¡Así es... con Salsa!
Primera reedición de un álbum de salsa legendario e inmerecidamente oscuro de 1969.
Bajo la dirección del acordeonista Alfredo Gutiérrez y con el cantante Lucho Pérez, de la Sonora Dinamita, “Así es… Con salsa!” es justo eso: salsa de Nueva York, cruda y dura, tocada a través del “filtro” costeño colombiano, con trombón, acordeón y bajos profundos.
Incluye tres jugosos cortes extra de estilo similar, así como encarte con notas.
“¡Así es… Con salsa!”, de los colombianos Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena, es un álbum legendario de coleccionista, todavía inmerecidamente oscuro para los menos avezados. Es una mezcla experimental de géneros aparentemente dispares y de orígenes diversos que sobre el papel parecerían hasta incompatibles. Pero a la vez, es una obra maestra de fusión latina cruda, de los primeros tiempos de la salsa colombiana, que se mantiene como un disco pionero a pesar de su extraña naturaleza.
Probablemente el elemento musical más llamativo sea el fiero acordeón de Alfredo Gutiérrez, un instrumento poco habitual en el lenguaje sonoro de la salsa, normalmente más asociado a la música tropical de la región caribeña de Sucre, hogar de Gutiérrez. Siempre provocador, nunca huyendo de lo controvertido o extravagante, lo que le ha valido el sobrenombre de “El Rebelde Del Acordeón”.
Gutiérrez montó Los Caporales en 1968 para rivalizar con el super grupo de Discos Fuentes Los Corraleros de Majagual. La banda grabó tres álbumes con éxito antes de publicar “¡Así es… Con salsa!”, consistiendo la mayoría del repertorio de esos discos en repertorio típico colombiano tropical y costeño, ninguno de los temas era de salsa.
Desde el comienzo Gutiérrez lanza en el disco un manifiesto salsero, arrancando el álbum con ‘Guadelupe no va’, una pieza de 4 minutos que muestra la potencia de esta orquesta de 14 miembros. El oyente queda instantáneamente enganchado a la crudeza del sonido, la energía vivaz, los rotundos arreglos de metales y piano y la soltura en las partes de improvisación.
El director de A&R en Codiscos, Humberto Moreno, dio luz verde a Gutiérrez para que dedicara un álbum a la salsa de Nueva York, dando protagonismo a la voz y las composiciones de Lucho Pérez, sobradamente curtido en los géneros cubanos y que previamente había sido uno más de los varios cantantes de la banda. Varias canciones del disco son reinterpretaciones de viejas canciones de Lucho Pérez de sus días con el grupo de Discos Fuentes La Sonora Dinamita, siendo las nuevas versiones mucho más crudas, como si se hubieran puesto a través de un filtro del Bronx…
La banda estaba formada por los mejores músicos de estudio habituales en Medellín en el momento de la grabación. El disco fue un éxito y no resultó tan excéntrico por su mezcla de salsa y sonidos colombianos costeños, ya que también había otros discos híbridos similares a cargo de otros artistas. Tanto lo desesperado de las letras (acerca de no poderse permitir nada) como la entrega contundente de Lucho Pérez dejan una impresión de autenticidad callejera que se corrobora con el hecho de que los miembros del grupo habían crecido entre pobreza.
Para la reedición del álbum, por primera vez en vinilo, hemos añadido cortes extra de otros álbumes de los Caporales que encajan perfectamente con el sonido de salsa del LP original, incluyendo “Sonia quiere un son”, otra revisión de un tema de la Sonora Dinamita.
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23,00€
Primera reedición de un álbum de salsa legendario e inmerecidamente oscuro de 1969.
Bajo la dirección del acordeonista Alfredo Gutiérrez y con el cantante Lucho Pérez, de la Sonora Dinamita, “Así es… Con salsa!” es justo eso: salsa de Nueva York, cruda y dura, tocada a través del “filtro” costeño colombiano, con trombón, acordeón y bajos profundos.
Incluye tres jugosos cortes extra de estilo similar, así como encarte con notas.
“¡Así es… Con salsa!”, de los colombianos Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena, es un álbum legendario de coleccionista, todavía inmerecidamente oscuro para los menos avezados. Es una mezcla experimental de géneros aparentemente dispares y de orígenes diversos que sobre el papel parecerían hasta incompatibles. Pero a la vez, es una obra maestra de fusión latina cruda, de los primeros tiempos de la salsa colombiana, que se mantiene como un disco pionero a pesar de su extraña naturaleza.
Probablemente el elemento musical más llamativo sea el fiero acordeón de Alfredo Gutiérrez, un instrumento poco habitual en el lenguaje sonoro de la salsa, normalmente más asociado a la música tropical de la región caribeña de Sucre, hogar de Gutiérrez. Siempre provocador, nunca huyendo de lo controvertido o extravagante, lo que le ha valido el sobrenombre de “El Rebelde Del Acordeón”.
Gutiérrez montó Los Caporales en 1968 para rivalizar con el super grupo de Discos Fuentes Los Corraleros de Majagual. La banda grabó tres álbumes con éxito antes de publicar “¡Así es… Con salsa!”, consistiendo la mayoría del repertorio de esos discos en repertorio típico colombiano tropical y costeño, ninguno de los temas era de salsa.
Desde el comienzo Gutiérrez lanza en el disco un manifiesto salsero, arrancando el álbum con ‘Guadelupe no va’, una pieza de 4 minutos que muestra la potencia de esta orquesta de 14 miembros. El oyente queda instantáneamente enganchado a la crudeza del sonido, la energía vivaz, los rotundos arreglos de metales y piano y la soltura en las partes de improvisación.
El director de A&R en Codiscos, Humberto Moreno, dio luz verde a Gutiérrez para que dedicara un álbum a la salsa de Nueva York, dando protagonismo a la voz y las composiciones de Lucho Pérez, sobradamente curtido en los géneros cubanos y que previamente había sido uno más de los varios cantantes de la banda. Varias canciones del disco son reinterpretaciones de viejas canciones de Lucho Pérez de sus días con el grupo de Discos Fuentes La Sonora Dinamita, siendo las nuevas versiones mucho más crudas, como si se hubieran puesto a través de un filtro del Bronx…
La banda estaba formada por los mejores músicos de estudio habituales en Medellín en el momento de la grabación. El disco fue un éxito y no resultó tan excéntrico por su mezcla de salsa y sonidos colombianos costeños, ya que también había otros discos híbridos similares a cargo de otros artistas. Tanto lo desesperado de las letras (acerca de no poderse permitir nada) como la entrega contundente de Lucho Pérez dejan una impresión de autenticidad callejera que se corrobora con el hecho de que los miembros del grupo habían crecido entre pobreza.
Para la reedición del álbum, por primera vez en vinilo, hemos añadido cortes extra de otros álbumes de los Caporales que encajan perfectamente con el sonido de salsa del LP original, incluyendo “Sonia quiere un son”, otra revisión de un tema de la Sonora Dinamita.
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¡Así es... con Salsa!
Primera reedición de un álbum de salsa legendario e inmerecidamente oscuro de 1969.
Bajo la dirección del acordeonista Alfredo Gutiérrez y con el cantante Lucho Pérez, de la Sonora Dinamita, “Así es… Con salsa!” es justo eso: salsa de Nueva York, cruda y dura, tocada a través del “filtro” costeño colombiano, con trombón, acordeón y bajos profundos.
Incluye tres jugosos cortes extra de estilo similar, así como encarte con notas.
“¡Así es… Con salsa!”, de los colombianos Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena, es un álbum legendario de coleccionista, todavía inmerecidamente oscuro para los menos avezados. Es una mezcla experimental de géneros aparentemente dispares y de orígenes diversos que sobre el papel parecerían hasta incompatibles. Pero a la vez, es una obra maestra de fusión latina cruda, de los primeros tiempos de la salsa colombiana, que se mantiene como un disco pionero a pesar de su extraña naturaleza.
Probablemente el elemento musical más llamativo sea el fiero acordeón de Alfredo Gutiérrez, un instrumento poco habitual en el lenguaje sonoro de la salsa, normalmente más asociado a la música tropical de la región caribeña de Sucre, hogar de Gutiérrez. Siempre provocador, nunca huyendo de lo controvertido o extravagante, lo que le ha valido el sobrenombre de “El Rebelde Del Acordeón”.
Gutiérrez montó Los Caporales en 1968 para rivalizar con el super grupo de Discos Fuentes Los Corraleros de Majagual. La banda grabó tres álbumes con éxito antes de publicar “¡Así es… Con salsa!”, consistiendo la mayoría del repertorio de esos discos en repertorio típico colombiano tropical y costeño, ninguno de los temas era de salsa.
Desde el comienzo Gutiérrez lanza en el disco un manifiesto salsero, arrancando el álbum con ‘Guadelupe no va’, una pieza de 4 minutos que muestra la potencia de esta orquesta de 14 miembros. El oyente queda instantáneamente enganchado a la crudeza del sonido, la energía vivaz, los rotundos arreglos de metales y piano y la soltura en las partes de improvisación.
El director de A&R en Codiscos, Humberto Moreno, dio luz verde a Gutiérrez para que dedicara un álbum a la salsa de Nueva York, dando protagonismo a la voz y las composiciones de Lucho Pérez, sobradamente curtido en los géneros cubanos y que previamente había sido uno más de los varios cantantes de la banda. Varias canciones del disco son reinterpretaciones de viejas canciones de Lucho Pérez de sus días con el grupo de Discos Fuentes La Sonora Dinamita, siendo las nuevas versiones mucho más crudas, como si se hubieran puesto a través de un filtro del Bronx…
La banda estaba formada por los mejores músicos de estudio habituales en Medellín en el momento de la grabación. El disco fue un éxito y no resultó tan excéntrico por su mezcla de salsa y sonidos colombianos costeños, ya que también había otros discos híbridos similares a cargo de otros artistas. Tanto lo desesperado de las letras (acerca de no poderse permitir nada) como la entrega contundente de Lucho Pérez dejan una impresión de autenticidad callejera que se corrobora con el hecho de que los miembros del grupo habían crecido entre pobreza.
Para la reedición del álbum, por primera vez en vinilo, hemos añadido cortes extra de otros álbumes de los Caporales que encajan perfectamente con el sonido de salsa del LP original, incluyendo “Sonia quiere un son”, otra revisión de un tema de la Sonora Dinamita.
Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena
¡Así es... con Salsa!
Primera reedición de un álbum de salsa legendario e inmerecidamente oscuro de 1969.
Bajo la dirección del acordeonista Alfredo Gutiérrez y con el cantante Lucho Pérez, de la Sonora Dinamita, “Así es… Con salsa!” es justo eso: salsa de Nueva York, cruda y dura, tocada a través del “filtro” costeño colombiano, con trombón, acordeón y bajos profundos.
Incluye tres jugosos cortes extra de estilo similar, así como encarte con notas.
“¡Así es… Con salsa!”, de los colombianos Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena, es un álbum legendario de coleccionista, todavía inmerecidamente oscuro para los menos avezados. Es una mezcla experimental de géneros aparentemente dispares y de orígenes diversos que sobre el papel parecerían hasta incompatibles. Pero a la vez, es una obra maestra de fusión latina cruda, de los primeros tiempos de la salsa colombiana, que se mantiene como un disco pionero a pesar de su extraña naturaleza.
Probablemente el elemento musical más llamativo sea el fiero acordeón de Alfredo Gutiérrez, un instrumento poco habitual en el lenguaje sonoro de la salsa, normalmente más asociado a la música tropical de la región caribeña de Sucre, hogar de Gutiérrez. Siempre provocador, nunca huyendo de lo controvertido o extravagante, lo que le ha valido el sobrenombre de “El Rebelde Del Acordeón”.
Gutiérrez montó Los Caporales en 1968 para rivalizar con el super grupo de Discos Fuentes Los Corraleros de Majagual. La banda grabó tres álbumes con éxito antes de publicar “¡Así es… Con salsa!”, consistiendo la mayoría del repertorio de esos discos en repertorio típico colombiano tropical y costeño, ninguno de los temas era de salsa.
Desde el comienzo Gutiérrez lanza en el disco un manifiesto salsero, arrancando el álbum con ‘Guadelupe no va’, una pieza de 4 minutos que muestra la potencia de esta orquesta de 14 miembros. El oyente queda instantáneamente enganchado a la crudeza del sonido, la energía vivaz, los rotundos arreglos de metales y piano y la soltura en las partes de improvisación.
El director de A&R en Codiscos, Humberto Moreno, dio luz verde a Gutiérrez para que dedicara un álbum a la salsa de Nueva York, dando protagonismo a la voz y las composiciones de Lucho Pérez, sobradamente curtido en los géneros cubanos y que previamente había sido uno más de los varios cantantes de la banda. Varias canciones del disco son reinterpretaciones de viejas canciones de Lucho Pérez de sus días con el grupo de Discos Fuentes La Sonora Dinamita, siendo las nuevas versiones mucho más crudas, como si se hubieran puesto a través de un filtro del Bronx…
La banda estaba formada por los mejores músicos de estudio habituales en Medellín en el momento de la grabación. El disco fue un éxito y no resultó tan excéntrico por su mezcla de salsa y sonidos colombianos costeños, ya que también había otros discos híbridos similares a cargo de otros artistas. Tanto lo desesperado de las letras (acerca de no poderse permitir nada) como la entrega contundente de Lucho Pérez dejan una impresión de autenticidad callejera que se corrobora con el hecho de que los miembros del grupo habían crecido entre pobreza.
Para la reedición del álbum, por primera vez en vinilo, hemos añadido cortes extra de otros álbumes de los Caporales que encajan perfectamente con el sonido de salsa del LP original, incluyendo “Sonia quiere un son”, otra revisión de un tema de la Sonora Dinamita.