Gregorio Paniagua
Batiscafo
25,00€
Munster
Gregorio Paniagua
Batiscafo
Batiscafo de Gregorio Paniagua es uno de esos discos que continúan siendo inalcanzables para la mayoría de coleccionistas. El álbum se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora. Paniagua es un músico, y erudito musical, de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas que ha girado por numerosos países logrando un enorme reconocimiento tanto dentro como fuera de España. En 1980 se encerró en el estudio durante cada noche a lo largo de un mes para grabar Batiscafo, un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae, y que ahora están siendo redescubiertos y admirados por el público internacional. Es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Reeditado aquí por primera vez, incluye reproducción facsímil del arte original y extensas notas interiores. Remasterizado a partir de las cintas originales y prensaje en vinilo de 180gr.
Vivimos inmersos en la era de las reediciones y en la búsqueda de lo extraño, lo oculto y lo maravilloso. Las discográficas no paran de desempolvar joyas publicadas hace muchos años que solo han estado disponibles al alcance de unos pocos coleccionistas. En ese grupo de gemas inalcanzables se encuentra Batiscafo de Gregorio Paniagua. El disco se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora, a pesar del enorme interés de numerosos aficionados por hacerse con un vinilo en buen estado de esta sorprendente anomalía de la música hecha en España. Paniagua es un músico y erudito musical de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas, desde Las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso X El Sabio - por las que obtuvo un disco de oro en Japón – a músicas de nuestro pasado andalusí o composiciones de la Antigua Grecia (por nombrar tan solo algunas) junto al conjunto vocal e instrumental Atrium Musicae, con el que visitó numerosos países y logró una enorme repercusión tanto dentro como fuera de España. En 1980, Gregorio Paniagua sintió la necesidad de componer y grabar un disco en solitario, fuera de las ataduras que le suponía trabajar con un grupo de músicos. Después de convencer al sello Hispavox sobre el proyecto que tenía entre manos, pasó del departamento de Clásica al de Pop, encerrándose durante todas las noches de un mes completo para grabar Batiscafo. De esta forma, con la única ayuda de un técnico de sonido, una mesa de mezclas de última generación, de sus instrumentos y de un ingenio desbordante, consiguió crear esta maravilla: un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae y es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Es, sencillamente, una obra maestra atemporal.
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Batiscafo de Gregorio Paniagua es uno de esos discos que continúan siendo inalcanzables para la mayoría de coleccionistas. El álbum se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora. Paniagua es un músico, y erudito musical, de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas que ha girado por numerosos países logrando un enorme reconocimiento tanto dentro como fuera de España. En 1980 se encerró en el estudio durante cada noche a lo largo de un mes para grabar Batiscafo, un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae, y que ahora están siendo redescubiertos y admirados por el público internacional. Es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Reeditado aquí por primera vez, incluye reproducción facsímil del arte original y extensas notas interiores. Remasterizado a partir de las cintas originales y prensaje en vinilo de 180gr.
Vivimos inmersos en la era de las reediciones y en la búsqueda de lo extraño, lo oculto y lo maravilloso. Las discográficas no paran de desempolvar joyas publicadas hace muchos años que solo han estado disponibles al alcance de unos pocos coleccionistas. En ese grupo de gemas inalcanzables se encuentra Batiscafo de Gregorio Paniagua. El disco se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora, a pesar del enorme interés de numerosos aficionados por hacerse con un vinilo en buen estado de esta sorprendente anomalía de la música hecha en España. Paniagua es un músico y erudito musical de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas, desde Las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso X El Sabio - por las que obtuvo un disco de oro en Japón – a músicas de nuestro pasado andalusí o composiciones de la Antigua Grecia (por nombrar tan solo algunas) junto al conjunto vocal e instrumental Atrium Musicae, con el que visitó numerosos países y logró una enorme repercusión tanto dentro como fuera de España. En 1980, Gregorio Paniagua sintió la necesidad de componer y grabar un disco en solitario, fuera de las ataduras que le suponía trabajar con un grupo de músicos. Después de convencer al sello Hispavox sobre el proyecto que tenía entre manos, pasó del departamento de Clásica al de Pop, encerrándose durante todas las noches de un mes completo para grabar Batiscafo. De esta forma, con la única ayuda de un técnico de sonido, una mesa de mezclas de última generación, de sus instrumentos y de un ingenio desbordante, consiguió crear esta maravilla: un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae y es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Es, sencillamente, una obra maestra atemporal.
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Batiscafo
Batiscafo de Gregorio Paniagua es uno de esos discos que continúan siendo inalcanzables para la mayoría de coleccionistas. El álbum se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora. Paniagua es un músico, y erudito musical, de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas que ha girado por numerosos países logrando un enorme reconocimiento tanto dentro como fuera de España. En 1980 se encerró en el estudio durante cada noche a lo largo de un mes para grabar Batiscafo, un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae, y que ahora están siendo redescubiertos y admirados por el público internacional. Es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Reeditado aquí por primera vez, incluye reproducción facsímil del arte original y extensas notas interiores. Remasterizado a partir de las cintas originales y prensaje en vinilo de 180gr.
Vivimos inmersos en la era de las reediciones y en la búsqueda de lo extraño, lo oculto y lo maravilloso. Las discográficas no paran de desempolvar joyas publicadas hace muchos años que solo han estado disponibles al alcance de unos pocos coleccionistas. En ese grupo de gemas inalcanzables se encuentra Batiscafo de Gregorio Paniagua. El disco se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora, a pesar del enorme interés de numerosos aficionados por hacerse con un vinilo en buen estado de esta sorprendente anomalía de la música hecha en España. Paniagua es un músico y erudito musical de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas, desde Las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso X El Sabio - por las que obtuvo un disco de oro en Japón – a músicas de nuestro pasado andalusí o composiciones de la Antigua Grecia (por nombrar tan solo algunas) junto al conjunto vocal e instrumental Atrium Musicae, con el que visitó numerosos países y logró una enorme repercusión tanto dentro como fuera de España. En 1980, Gregorio Paniagua sintió la necesidad de componer y grabar un disco en solitario, fuera de las ataduras que le suponía trabajar con un grupo de músicos. Después de convencer al sello Hispavox sobre el proyecto que tenía entre manos, pasó del departamento de Clásica al de Pop, encerrándose durante todas las noches de un mes completo para grabar Batiscafo. De esta forma, con la única ayuda de un técnico de sonido, una mesa de mezclas de última generación, de sus instrumentos y de un ingenio desbordante, consiguió crear esta maravilla: un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae y es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Es, sencillamente, una obra maestra atemporal.
Batiscafo de Gregorio Paniagua es uno de esos discos que continúan siendo inalcanzables para la mayoría de coleccionistas. El álbum se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora. Paniagua es un músico, y erudito musical, de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas que ha girado por numerosos países logrando un enorme reconocimiento tanto dentro como fuera de España. En 1980 se encerró en el estudio durante cada noche a lo largo de un mes para grabar Batiscafo, un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae, y que ahora están siendo redescubiertos y admirados por el público internacional. Es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Reeditado aquí por primera vez, incluye reproducción facsímil del arte original y extensas notas interiores. Remasterizado a partir de las cintas originales y prensaje en vinilo de 180gr.
Vivimos inmersos en la era de las reediciones y en la búsqueda de lo extraño, lo oculto y lo maravilloso. Las discográficas no paran de desempolvar joyas publicadas hace muchos años que solo han estado disponibles al alcance de unos pocos coleccionistas. En ese grupo de gemas inalcanzables se encuentra Batiscafo de Gregorio Paniagua. El disco se publicó en 1980 en Hispavox y, tras una corta tirada, desapareció sin que se haya vuelto a editar en ningún otro formato hasta ahora, a pesar del enorme interés de numerosos aficionados por hacerse con un vinilo en buen estado de esta sorprendente anomalía de la música hecha en España. Paniagua es un músico y erudito musical de formación clásica con un amplio y fructífero historial estudiando, grabando y redescubriendo músicas antiguas, desde Las Cantigas de Santa María del Rey Alfonso X El Sabio - por las que obtuvo un disco de oro en Japón – a músicas de nuestro pasado andalusí o composiciones de la Antigua Grecia (por nombrar tan solo algunas) junto al conjunto vocal e instrumental Atrium Musicae, con el que visitó numerosos países y logró una enorme repercusión tanto dentro como fuera de España. En 1980, Gregorio Paniagua sintió la necesidad de componer y grabar un disco en solitario, fuera de las ataduras que le suponía trabajar con un grupo de músicos. Después de convencer al sello Hispavox sobre el proyecto que tenía entre manos, pasó del departamento de Clásica al de Pop, encerrándose durante todas las noches de un mes completo para grabar Batiscafo. De esta forma, con la única ayuda de un técnico de sonido, una mesa de mezclas de última generación, de sus instrumentos y de un ingenio desbordante, consiguió crear esta maravilla: un disco en el que quiso emular el trabajo en solitario de Mike Oldfield y su Tubular Bells y que desapareció demasiado pronto para convertirse en un Santo Grial de la música experimental en España. Batiscafo anticipó todo un movimiento de música de vanguardia en los 80 que tuvo como artistas más reconocidos a Suso Saiz, Pep Llopis, Ishinoana o Finis Africae y es un disco que continúa sorprendiendo por su inventiva y originalidad y, cuarenta años después, sigue destacando por su atrevida combinación de electrónica primigenia, clasicismo, experimentación y psicodelia. Es, sencillamente, una obra maestra atemporal.