A la misma hora que la marcada por el reloj internacional y sin apenas demora alguna, el pop femenino español hizo acto de presencia con todos los honores y cuando tocaba.Ajenas al deficitario ruido ambiental que la España tardofranquista de los años 60 les ofrecía, las chicas españolas despreciaron los convencionalismos y saltaron todas las barreras, recelos y suspicacias sin que el cardado de moda se resistiese en modo alguno. En aquellos aún dubitativos años en los que, a salvo de la copla, cualquier otro estilo musical era considerado altamente sospechoso, las chicas punteras no se cortaron y se entregaron rendidas a todo el abanico musical local e internacional que estaba a su disposición.A pesar de los pesares, que no eran pocos, la incipiente permeabilidad de la política española de la época hizo el resto y a partir de 1963 el ye-yé femenino fue una absoluta realidad que conmocionó la sociedad española del momento. Auténtica tabla de salvación, toda una panacea social, eso es lo que fue el ye-yé femenino hispano de los años 60, una pequeña revolución de costumbres servida en minifalda y a 45 revoluciones por minuto.A rebufo de su encanto, modernidad y del carácter intrínsecamente femenino del género, en España todo el mundo se hizo ye-yé y el paisaje ganó en libertad tras la estela que las chicas habían ofrecido, logrando que, acto seguido y con el master ya hecho, los continuos cambios socio-musicales que continuaban llegando del resto del mundo (beat, garage, soul, psicodelia, progresivo…) no pillasen a nadie ni ninguna con el pie cambiado. En todos y cada uno de esos acontecimientos estuvieron presentes ellas. Desde hace ya algún tiempo, variados recopilatorios se vienen lanzando desde el mercado español documentando estilos, escenas e intérpretes pertenecientes a décadas tan rumbosas creativamente hablando como fueron las de los años 50, 60 y 70, y sin embargo nunca habíamos visto ninguno íntegramente con aportaciones femeninas a la causa. Por eso, porque jamás les estaremos suficientemente agradecidos por todo su esfuerzo,Vampisoul ofrece este primer volumen de “¡Chicas!” documentando cómo este primoroso puñado de chicas hispanas cubrieron con talento, clase y glamour ese periodo que abarca desde 1962 a 1974. Ha sido un placer escarbar entre centenares y centenares de grabaciones de esos años sin ninguna otra prioridad que encontrar canciones con mayúscula sobre cuya capacidad de permanencia no haya hoy la menor duda. Por último, dos obligadas consideraciones por mi parte, la primera, avisar de que “¡Chicas”! no se ha detenido ante ningún estilo: latino, rock & roll, twist, ye-yé, beat, garage, rhythm & blues, soul… La segunda y final, además de brindar por todas sus radiantes intérpretes, por supuesto, confesar que al zambullirme entre esos centenares de discos, he tropezado con la sorpresa de que sin pretenderlo a priori, la selección final ha contado con una muy amplia parte de grabaciones editadas bajo el sello catalán Belter. De modo que para un servidor, una vez más, ha sido todo un honor personal reencontrarme y redescubrir el increíble legado de los seductores, misteriosos e inabarcables discos de la factoría Belter.A ellos va dedicado este álbum. Vicente Fabuel