Afrosound
La danza de los mirlos
Afrosound
La danza de los mirlos
La misión de Afrosound era recrear los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
La docena de cortes en el disco debut de Afrosound logran crear una sorprendente una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
“La danza de los mirlos” se abre con se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas, la bomba-funk ‘El Chorrillo’ de Fruko, la melancólica cumbia psicodélica ‘Esperando por ti’ y la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’.
La portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974.
Afrosound surgió del deseo del vicepresidente de Discos Fuentes, José María Fuentes, de contar con una versión local de los sonidos emergentes de rock afro-latino que llegaban desde fuera del país, inspirados en artistas como Osibisa o Santana. La misión era emular los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. El tema de 1972 ‘La danza de los mirlos’ (de los peruanos Los Mirlos) fue un gran éxito en Colombia y con él surgió una nueva manera de interpretar el mayor patrimonio musical exportable, la cumbia, desde una perspectiva peruana. Los ejecutivos de Fuentes juntaron el año siguiente a un grupo de músicos expertos a quienes encargaron crear este tipo de música para el mercado local ya que confiaban en lograr un éxito similar.
Afrosound no solo versionaría ‘La danza de los mirlos’ y hasta titularía así su disco de debut en 1973, sino que también lograría reproducir fielmente el singular sonido de su héroe de la guitarra, Enrique Delgado. Las primeras grabaciones de Afrosound contarían con una fantástica sección rítmica formada por músicos de enorme talento que habían tocado ya en Fruko y sus Tesos. Al comienzo, las partes vocales, cuando las había, eran competencia de Wilson “Saoko” Manyoma, Joe Arroyo o Jaime Ley bajo la dirección musical y los arreglos de Julio Ernesto “Fruko” Estrada, quien también tocaba el bajo y componía varias canciones. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
“La danza de los mirlos” se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas. Mario “Pachanga” aporta un híbrido entre la cumbia y el son montuño navideño, triste pero todavía con bastante Groove, mientras que Fruko es responsable de la bomba-funk ‘El Chorrillo’. Sin olvidar la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’ en donde Sepúlveda emula a Enrique Delgado. El colaborador de Fruko Hernán “Hercovalle” Colorado Vallejo remata el disco con la cumbia psicodélica de aires melancólicos ‘Esperando por ti’, como prueba de que cada fiesta tropical también tiene sus contrapuntos.
Con todo, la docena de cortes en el debut de Afrosound aporta una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
Naturalmente, como todas las bandas formadas con una cierta intención por el sello, Afrosound se desviaron pronto de su vereda creando su propio sonido que en realidad bebía de todas las fuentes y, a la vez, de ninguna, todo ello con un sentido de la originalidad y de una divertida experimentación psicodélica.
A pesar del motivo original con el que Afrosound fue creado (y se encuentra plenamente logrado en ‘La danza de los mirlos’), principalmente para explorar los sonidos instrumentales amazónicos y andinos de Perú, el grupo siempre se fijó en el gusto de su público, por lo que con el tiempo se alejaron de su vocación original de grabar únicamente instrumentales para ir progresivamente añadiendo vocales y letras más completas, que como contrapartida aportaban un repertorio más fácilmente asimilable por su público y llevaría a futuros éxitos, especialmente en los períodos de vacaciones.
Sus discos también fueron publicados en los EE.UU., Ecuador, Perú, Panamá, México y Venezuela, y con toda probabilidad lograron ser influyentes, al menos en Sudamérica. De hecho, la portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974. El arte original de Discos Fuentes, con una imagen un tanto inadecuada, puede verse en la contraportada.
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22,00€
La misión de Afrosound era recrear los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
La docena de cortes en el disco debut de Afrosound logran crear una sorprendente una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
“La danza de los mirlos” se abre con se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas, la bomba-funk ‘El Chorrillo’ de Fruko, la melancólica cumbia psicodélica ‘Esperando por ti’ y la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’.
La portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974.
Afrosound surgió del deseo del vicepresidente de Discos Fuentes, José María Fuentes, de contar con una versión local de los sonidos emergentes de rock afro-latino que llegaban desde fuera del país, inspirados en artistas como Osibisa o Santana. La misión era emular los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. El tema de 1972 ‘La danza de los mirlos’ (de los peruanos Los Mirlos) fue un gran éxito en Colombia y con él surgió una nueva manera de interpretar el mayor patrimonio musical exportable, la cumbia, desde una perspectiva peruana. Los ejecutivos de Fuentes juntaron el año siguiente a un grupo de músicos expertos a quienes encargaron crear este tipo de música para el mercado local ya que confiaban en lograr un éxito similar.
Afrosound no solo versionaría ‘La danza de los mirlos’ y hasta titularía así su disco de debut en 1973, sino que también lograría reproducir fielmente el singular sonido de su héroe de la guitarra, Enrique Delgado. Las primeras grabaciones de Afrosound contarían con una fantástica sección rítmica formada por músicos de enorme talento que habían tocado ya en Fruko y sus Tesos. Al comienzo, las partes vocales, cuando las había, eran competencia de Wilson “Saoko” Manyoma, Joe Arroyo o Jaime Ley bajo la dirección musical y los arreglos de Julio Ernesto “Fruko” Estrada, quien también tocaba el bajo y componía varias canciones. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
“La danza de los mirlos” se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas. Mario “Pachanga” aporta un híbrido entre la cumbia y el son montuño navideño, triste pero todavía con bastante Groove, mientras que Fruko es responsable de la bomba-funk ‘El Chorrillo’. Sin olvidar la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’ en donde Sepúlveda emula a Enrique Delgado. El colaborador de Fruko Hernán “Hercovalle” Colorado Vallejo remata el disco con la cumbia psicodélica de aires melancólicos ‘Esperando por ti’, como prueba de que cada fiesta tropical también tiene sus contrapuntos.
Con todo, la docena de cortes en el debut de Afrosound aporta una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
Naturalmente, como todas las bandas formadas con una cierta intención por el sello, Afrosound se desviaron pronto de su vereda creando su propio sonido que en realidad bebía de todas las fuentes y, a la vez, de ninguna, todo ello con un sentido de la originalidad y de una divertida experimentación psicodélica.
A pesar del motivo original con el que Afrosound fue creado (y se encuentra plenamente logrado en ‘La danza de los mirlos’), principalmente para explorar los sonidos instrumentales amazónicos y andinos de Perú, el grupo siempre se fijó en el gusto de su público, por lo que con el tiempo se alejaron de su vocación original de grabar únicamente instrumentales para ir progresivamente añadiendo vocales y letras más completas, que como contrapartida aportaban un repertorio más fácilmente asimilable por su público y llevaría a futuros éxitos, especialmente en los períodos de vacaciones.
Sus discos también fueron publicados en los EE.UU., Ecuador, Perú, Panamá, México y Venezuela, y con toda probabilidad lograron ser influyentes, al menos en Sudamérica. De hecho, la portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974. El arte original de Discos Fuentes, con una imagen un tanto inadecuada, puede verse en la contraportada.
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La danza de los mirlos
La misión de Afrosound era recrear los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
La docena de cortes en el disco debut de Afrosound logran crear una sorprendente una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
“La danza de los mirlos” se abre con se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas, la bomba-funk ‘El Chorrillo’ de Fruko, la melancólica cumbia psicodélica ‘Esperando por ti’ y la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’.
La portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974.
Afrosound surgió del deseo del vicepresidente de Discos Fuentes, José María Fuentes, de contar con una versión local de los sonidos emergentes de rock afro-latino que llegaban desde fuera del país, inspirados en artistas como Osibisa o Santana. La misión era emular los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. El tema de 1972 ‘La danza de los mirlos’ (de los peruanos Los Mirlos) fue un gran éxito en Colombia y con él surgió una nueva manera de interpretar el mayor patrimonio musical exportable, la cumbia, desde una perspectiva peruana. Los ejecutivos de Fuentes juntaron el año siguiente a un grupo de músicos expertos a quienes encargaron crear este tipo de música para el mercado local ya que confiaban en lograr un éxito similar.
Afrosound no solo versionaría ‘La danza de los mirlos’ y hasta titularía así su disco de debut en 1973, sino que también lograría reproducir fielmente el singular sonido de su héroe de la guitarra, Enrique Delgado. Las primeras grabaciones de Afrosound contarían con una fantástica sección rítmica formada por músicos de enorme talento que habían tocado ya en Fruko y sus Tesos. Al comienzo, las partes vocales, cuando las había, eran competencia de Wilson “Saoko” Manyoma, Joe Arroyo o Jaime Ley bajo la dirección musical y los arreglos de Julio Ernesto “Fruko” Estrada, quien también tocaba el bajo y componía varias canciones. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
“La danza de los mirlos” se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas. Mario “Pachanga” aporta un híbrido entre la cumbia y el son montuño navideño, triste pero todavía con bastante Groove, mientras que Fruko es responsable de la bomba-funk ‘El Chorrillo’. Sin olvidar la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’ en donde Sepúlveda emula a Enrique Delgado. El colaborador de Fruko Hernán “Hercovalle” Colorado Vallejo remata el disco con la cumbia psicodélica de aires melancólicos ‘Esperando por ti’, como prueba de que cada fiesta tropical también tiene sus contrapuntos.
Con todo, la docena de cortes en el debut de Afrosound aporta una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
Naturalmente, como todas las bandas formadas con una cierta intención por el sello, Afrosound se desviaron pronto de su vereda creando su propio sonido que en realidad bebía de todas las fuentes y, a la vez, de ninguna, todo ello con un sentido de la originalidad y de una divertida experimentación psicodélica.
A pesar del motivo original con el que Afrosound fue creado (y se encuentra plenamente logrado en ‘La danza de los mirlos’), principalmente para explorar los sonidos instrumentales amazónicos y andinos de Perú, el grupo siempre se fijó en el gusto de su público, por lo que con el tiempo se alejaron de su vocación original de grabar únicamente instrumentales para ir progresivamente añadiendo vocales y letras más completas, que como contrapartida aportaban un repertorio más fácilmente asimilable por su público y llevaría a futuros éxitos, especialmente en los períodos de vacaciones.
Sus discos también fueron publicados en los EE.UU., Ecuador, Perú, Panamá, México y Venezuela, y con toda probabilidad lograron ser influyentes, al menos en Sudamérica. De hecho, la portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974. El arte original de Discos Fuentes, con una imagen un tanto inadecuada, puede verse en la contraportada.
Afrosound
La danza de los mirlos
La misión de Afrosound era recrear los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
La docena de cortes en el disco debut de Afrosound logran crear una sorprendente una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
“La danza de los mirlos” se abre con se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas, la bomba-funk ‘El Chorrillo’ de Fruko, la melancólica cumbia psicodélica ‘Esperando por ti’ y la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’.
La portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974.
Afrosound surgió del deseo del vicepresidente de Discos Fuentes, José María Fuentes, de contar con una versión local de los sonidos emergentes de rock afro-latino que llegaban desde fuera del país, inspirados en artistas como Osibisa o Santana. La misión era emular los sonidos tropicales y guitarreros que en ese momento surgían en Perú y Ecuador. El tema de 1972 ‘La danza de los mirlos’ (de los peruanos Los Mirlos) fue un gran éxito en Colombia y con él surgió una nueva manera de interpretar el mayor patrimonio musical exportable, la cumbia, desde una perspectiva peruana. Los ejecutivos de Fuentes juntaron el año siguiente a un grupo de músicos expertos a quienes encargaron crear este tipo de música para el mercado local ya que confiaban en lograr un éxito similar.
Afrosound no solo versionaría ‘La danza de los mirlos’ y hasta titularía así su disco de debut en 1973, sino que también lograría reproducir fielmente el singular sonido de su héroe de la guitarra, Enrique Delgado. Las primeras grabaciones de Afrosound contarían con una fantástica sección rítmica formada por músicos de enorme talento que habían tocado ya en Fruko y sus Tesos. Al comienzo, las partes vocales, cuando las había, eran competencia de Wilson “Saoko” Manyoma, Joe Arroyo o Jaime Ley bajo la dirección musical y los arreglos de Julio Ernesto “Fruko” Estrada, quien también tocaba el bajo y componía varias canciones. Para añadir aires hippies, había alocadas improvisaciones vocales (llamadas ‘inspiraciones’), efectos fuzz, wah-wah, echo… en las guitarras y teclados. Y para completar ese sonido tan único de Fuentes, se especiaba todo con un bombardeo de sonidos extraños de sintetizadores, cajas de ritmo y demás aparataje electrónico.
“La danza de los mirlos” se abre con el mayor hit de Afrosound, ‘Caliventura’, una mezcla genial de funk y cumbia. Además de esta cumbia amazónica, hay varias versiones más incluyendo tres canciones populares de Nelson y sus Estrellas, además de clásicos de la tradición costeña de Colombia totalmente reimaginadas. Mario “Pachanga” aporta un híbrido entre la cumbia y el son montuño navideño, triste pero todavía con bastante Groove, mientras que Fruko es responsable de la bomba-funk ‘El Chorrillo’. Sin olvidar la joya de cumbia andina ‘Cabeza de chorlito’ en donde Sepúlveda emula a Enrique Delgado. El colaborador de Fruko Hernán “Hercovalle” Colorado Vallejo remata el disco con la cumbia psicodélica de aires melancólicos ‘Esperando por ti’, como prueba de que cada fiesta tropical también tiene sus contrapuntos.
Con todo, la docena de cortes en el debut de Afrosound aporta una sorprendente paleta desde la que estos músicos colombianos pintaron su personal retrato de su querida cumbia peruana, devolviendo el favor en tonos chillones que todavía resuenan casi 50 años más tarde.
Naturalmente, como todas las bandas formadas con una cierta intención por el sello, Afrosound se desviaron pronto de su vereda creando su propio sonido que en realidad bebía de todas las fuentes y, a la vez, de ninguna, todo ello con un sentido de la originalidad y de una divertida experimentación psicodélica.
A pesar del motivo original con el que Afrosound fue creado (y se encuentra plenamente logrado en ‘La danza de los mirlos’), principalmente para explorar los sonidos instrumentales amazónicos y andinos de Perú, el grupo siempre se fijó en el gusto de su público, por lo que con el tiempo se alejaron de su vocación original de grabar únicamente instrumentales para ir progresivamente añadiendo vocales y letras más completas, que como contrapartida aportaban un repertorio más fácilmente asimilable por su público y llevaría a futuros éxitos, especialmente en los períodos de vacaciones.
Sus discos también fueron publicados en los EE.UU., Ecuador, Perú, Panamá, México y Venezuela, y con toda probabilidad lograron ser influyentes, al menos en Sudamérica. De hecho, la portada de esta reedición tan cuidadosamente restaurada ha partido del arte original de la edición peruana, producto de la licencia por el sello El Virrey de Lima en 1974. El arte original de Discos Fuentes, con una imagen un tanto inadecuada, puede verse en la contraportada.