Third Ear Band
Macbeth
10,00€
Munster
Third Ear Band
Macbeth
Encargada por el aclamado director de cine Roman Polanski, la banda de culto Third Ear Band se enfrenta al reto de introducir un delirio de imaginación y creatividad en su personalísima versión cinematográfica de autor de Macbeth, una obra original de William Shakespeare. Los resultantes 44 minutos de sonidos imaginativos, divididos en 16 piezas extraordinarias, son un asombroso ejemplo de psicodelia abstracta y retorcida, enraizada en texturas de aromas medievales y clásicos. ¡Una monstruosa joya de Munster!
A modo de aperitivo de lujo ante la próxima reedición del álbum Elements (incluyendo jugosos extras…), Munster Records nos trae Macbeth, la asombrosa banda sonora a cargo del grupo inglés Third Ear Band para la película de Roman Polanski, grabada y producida en 1971. Una mágica invitación para que el oyente se sumerja en territorios insospechados de audacia, imprevisibilidad e íntima experimentación abstracta-folky. Según el propio miembro fundador de la banda, Glenn Sweeney, la música se calificó como alquimia al ser producida mediante repetición. No obstante, tal repetición no sigue las mismas estructuras musicales de, digamos, Terry Rilley, Steve Reich o Philip Glass al contar con una naturaleza indefinida de pasajes atormentados y retorcidos de un peculiar encanto poético. La banda, formada en Canterbury, comenzó en 1967 tocando una especie de folk hipnótico y abstracto. Tras firmar con el próspero sello de culto Harvest, debutaron en 1969 con Alchemy, un álbum de improvisación instrumental de corte psicodélico y jazzy. En 1970 llegó una absoluta obra maestra, un álbum de título homónimo también conocido como Elements. Para Macbeth, su tercer trabajo, tan solo quedaban el líder Glenn Sweeney (percusión) y Paul Minns (oboe) de la formación original del cuarteto. Se grabó cuando la mitad de la banda -Richard Coff (viola y violín) y Ursula Smith (cello)- ya se habían ido, y estaban a punto de grabar un tercer disco llamado The Dragon Wakes, que se había planteado como un álbum eléctrico con influencias rock. Al margen de una pocas sesiones, el disco nunca llegó a terminarse. Los temas presentados en la película fueron compuestos de forma improvisada mientras veían extractos en blanco y negro de la obra. La música, grabada en seis semanas en los Air Studios de George Martin, en julio de 1971, tiene la misma dimensión poco convencional y bastante única que caracteriza a la película. Es música de autor para una película de autor. Encaja perfectamente en la narrativa libre, delirantemente idiosincrática, de la historia adaptada por Polanski. Glenn Sweeney resumía su creación mejor que cualquier intento por parte de los críticos: la música de Third Ear Band es un reflejo del universo, como la ilusión de un juego de magia, simplemente porque no podría ser otra cosa. Las palabras no pueden describir esta danza de sonido estática, o explicar la repetición alquímica buscando y, a veces, encontrando formas arquetípicas, elementos y ritmos…. Hay un ambiente general arty-medieval, y resulta folky lúdico en cortes como 'Overture', 'Iverness', 'Court Dance' y 'Fleance', donde las interjecciones experimentales funcionan como mecanismos coloridos. 'Fleance', con Keith Chegwin como cantante invitado, es un punto álgido deslumbrante. Asaltos poéticos de música concreta están presentes en temas como 'The Beach', 'Ambush', 'Prophesies', como si cada fragmento de percusión, canto de gaviotas o silbido agudo nos estuviera llevando hacia olas de miedo en lo desconocido. Hay otras preciosidades perdidas dentro de los 44 minutos del disco, como la melodía de oboe minimalista de 'Lady Macbeth', flotante como un ciempiés en sueños o los líricos acordes de guitarra en 'The Banquet' enfatizando un clímax de misterio absoluto. Y, por cierto, esta es la canción que tocan durante el banquete en el castillo cuando la banda sale durante unos pocos segundos en la película. Teniendo en cuenta la singularidad de la película, tenemos aquí una banda sonora sublime para la misma. Música que nos hace sentir lo insondable y lo impredecible, a veces discurriendo con suavidad, como una pieza sólida y misteriosa. Cierra los ojos y disfruta de una aventura a bordo de esta alfombra caleidoscópica de la imaginación de posibilidades inesperadas.
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10,00€
Encargada por el aclamado director de cine Roman Polanski, la banda de culto Third Ear Band se enfrenta al reto de introducir un delirio de imaginación y creatividad en su personalísima versión cinematográfica de autor de Macbeth, una obra original de William Shakespeare. Los resultantes 44 minutos de sonidos imaginativos, divididos en 16 piezas extraordinarias, son un asombroso ejemplo de psicodelia abstracta y retorcida, enraizada en texturas de aromas medievales y clásicos. ¡Una monstruosa joya de Munster!
A modo de aperitivo de lujo ante la próxima reedición del álbum Elements (incluyendo jugosos extras…), Munster Records nos trae Macbeth, la asombrosa banda sonora a cargo del grupo inglés Third Ear Band para la película de Roman Polanski, grabada y producida en 1971. Una mágica invitación para que el oyente se sumerja en territorios insospechados de audacia, imprevisibilidad e íntima experimentación abstracta-folky. Según el propio miembro fundador de la banda, Glenn Sweeney, la música se calificó como alquimia al ser producida mediante repetición. No obstante, tal repetición no sigue las mismas estructuras musicales de, digamos, Terry Rilley, Steve Reich o Philip Glass al contar con una naturaleza indefinida de pasajes atormentados y retorcidos de un peculiar encanto poético. La banda, formada en Canterbury, comenzó en 1967 tocando una especie de folk hipnótico y abstracto. Tras firmar con el próspero sello de culto Harvest, debutaron en 1969 con Alchemy, un álbum de improvisación instrumental de corte psicodélico y jazzy. En 1970 llegó una absoluta obra maestra, un álbum de título homónimo también conocido como Elements. Para Macbeth, su tercer trabajo, tan solo quedaban el líder Glenn Sweeney (percusión) y Paul Minns (oboe) de la formación original del cuarteto. Se grabó cuando la mitad de la banda -Richard Coff (viola y violín) y Ursula Smith (cello)- ya se habían ido, y estaban a punto de grabar un tercer disco llamado The Dragon Wakes, que se había planteado como un álbum eléctrico con influencias rock. Al margen de una pocas sesiones, el disco nunca llegó a terminarse. Los temas presentados en la película fueron compuestos de forma improvisada mientras veían extractos en blanco y negro de la obra. La música, grabada en seis semanas en los Air Studios de George Martin, en julio de 1971, tiene la misma dimensión poco convencional y bastante única que caracteriza a la película. Es música de autor para una película de autor. Encaja perfectamente en la narrativa libre, delirantemente idiosincrática, de la historia adaptada por Polanski. Glenn Sweeney resumía su creación mejor que cualquier intento por parte de los críticos: la música de Third Ear Band es un reflejo del universo, como la ilusión de un juego de magia, simplemente porque no podría ser otra cosa. Las palabras no pueden describir esta danza de sonido estática, o explicar la repetición alquímica buscando y, a veces, encontrando formas arquetípicas, elementos y ritmos…. Hay un ambiente general arty-medieval, y resulta folky lúdico en cortes como 'Overture', 'Iverness', 'Court Dance' y 'Fleance', donde las interjecciones experimentales funcionan como mecanismos coloridos. 'Fleance', con Keith Chegwin como cantante invitado, es un punto álgido deslumbrante. Asaltos poéticos de música concreta están presentes en temas como 'The Beach', 'Ambush', 'Prophesies', como si cada fragmento de percusión, canto de gaviotas o silbido agudo nos estuviera llevando hacia olas de miedo en lo desconocido. Hay otras preciosidades perdidas dentro de los 44 minutos del disco, como la melodía de oboe minimalista de 'Lady Macbeth', flotante como un ciempiés en sueños o los líricos acordes de guitarra en 'The Banquet' enfatizando un clímax de misterio absoluto. Y, por cierto, esta es la canción que tocan durante el banquete en el castillo cuando la banda sale durante unos pocos segundos en la película. Teniendo en cuenta la singularidad de la película, tenemos aquí una banda sonora sublime para la misma. Música que nos hace sentir lo insondable y lo impredecible, a veces discurriendo con suavidad, como una pieza sólida y misteriosa. Cierra los ojos y disfruta de una aventura a bordo de esta alfombra caleidoscópica de la imaginación de posibilidades inesperadas.
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Encargada por el aclamado director de cine Roman Polanski, la banda de culto Third Ear Band se enfrenta al reto de introducir un delirio de imaginación y creatividad en su personalísima versión cinematográfica de autor de Macbeth, una obra original de William Shakespeare. Los resultantes 44 minutos de sonidos imaginativos, divididos en 16 piezas extraordinarias, son un asombroso ejemplo de psicodelia abstracta y retorcida, enraizada en texturas de aromas medievales y clásicos. ¡Una monstruosa joya de Munster!
A modo de aperitivo de lujo ante la próxima reedición del álbum Elements (incluyendo jugosos extras…), Munster Records nos trae Macbeth, la asombrosa banda sonora a cargo del grupo inglés Third Ear Band para la película de Roman Polanski, grabada y producida en 1971. Una mágica invitación para que el oyente se sumerja en territorios insospechados de audacia, imprevisibilidad e íntima experimentación abstracta-folky. Según el propio miembro fundador de la banda, Glenn Sweeney, la música se calificó como alquimia al ser producida mediante repetición. No obstante, tal repetición no sigue las mismas estructuras musicales de, digamos, Terry Rilley, Steve Reich o Philip Glass al contar con una naturaleza indefinida de pasajes atormentados y retorcidos de un peculiar encanto poético. La banda, formada en Canterbury, comenzó en 1967 tocando una especie de folk hipnótico y abstracto. Tras firmar con el próspero sello de culto Harvest, debutaron en 1969 con Alchemy, un álbum de improvisación instrumental de corte psicodélico y jazzy. En 1970 llegó una absoluta obra maestra, un álbum de título homónimo también conocido como Elements. Para Macbeth, su tercer trabajo, tan solo quedaban el líder Glenn Sweeney (percusión) y Paul Minns (oboe) de la formación original del cuarteto. Se grabó cuando la mitad de la banda -Richard Coff (viola y violín) y Ursula Smith (cello)- ya se habían ido, y estaban a punto de grabar un tercer disco llamado The Dragon Wakes, que se había planteado como un álbum eléctrico con influencias rock. Al margen de una pocas sesiones, el disco nunca llegó a terminarse. Los temas presentados en la película fueron compuestos de forma improvisada mientras veían extractos en blanco y negro de la obra. La música, grabada en seis semanas en los Air Studios de George Martin, en julio de 1971, tiene la misma dimensión poco convencional y bastante única que caracteriza a la película. Es música de autor para una película de autor. Encaja perfectamente en la narrativa libre, delirantemente idiosincrática, de la historia adaptada por Polanski. Glenn Sweeney resumía su creación mejor que cualquier intento por parte de los críticos: la música de Third Ear Band es un reflejo del universo, como la ilusión de un juego de magia, simplemente porque no podría ser otra cosa. Las palabras no pueden describir esta danza de sonido estática, o explicar la repetición alquímica buscando y, a veces, encontrando formas arquetípicas, elementos y ritmos…. Hay un ambiente general arty-medieval, y resulta folky lúdico en cortes como 'Overture', 'Iverness', 'Court Dance' y 'Fleance', donde las interjecciones experimentales funcionan como mecanismos coloridos. 'Fleance', con Keith Chegwin como cantante invitado, es un punto álgido deslumbrante. Asaltos poéticos de música concreta están presentes en temas como 'The Beach', 'Ambush', 'Prophesies', como si cada fragmento de percusión, canto de gaviotas o silbido agudo nos estuviera llevando hacia olas de miedo en lo desconocido. Hay otras preciosidades perdidas dentro de los 44 minutos del disco, como la melodía de oboe minimalista de 'Lady Macbeth', flotante como un ciempiés en sueños o los líricos acordes de guitarra en 'The Banquet' enfatizando un clímax de misterio absoluto. Y, por cierto, esta es la canción que tocan durante el banquete en el castillo cuando la banda sale durante unos pocos segundos en la película. Teniendo en cuenta la singularidad de la película, tenemos aquí una banda sonora sublime para la misma. Música que nos hace sentir lo insondable y lo impredecible, a veces discurriendo con suavidad, como una pieza sólida y misteriosa. Cierra los ojos y disfruta de una aventura a bordo de esta alfombra caleidoscópica de la imaginación de posibilidades inesperadas.
Encargada por el aclamado director de cine Roman Polanski, la banda de culto Third Ear Band se enfrenta al reto de introducir un delirio de imaginación y creatividad en su personalísima versión cinematográfica de autor de Macbeth, una obra original de William Shakespeare. Los resultantes 44 minutos de sonidos imaginativos, divididos en 16 piezas extraordinarias, son un asombroso ejemplo de psicodelia abstracta y retorcida, enraizada en texturas de aromas medievales y clásicos. ¡Una monstruosa joya de Munster!
A modo de aperitivo de lujo ante la próxima reedición del álbum Elements (incluyendo jugosos extras…), Munster Records nos trae Macbeth, la asombrosa banda sonora a cargo del grupo inglés Third Ear Band para la película de Roman Polanski, grabada y producida en 1971. Una mágica invitación para que el oyente se sumerja en territorios insospechados de audacia, imprevisibilidad e íntima experimentación abstracta-folky. Según el propio miembro fundador de la banda, Glenn Sweeney, la música se calificó como alquimia al ser producida mediante repetición. No obstante, tal repetición no sigue las mismas estructuras musicales de, digamos, Terry Rilley, Steve Reich o Philip Glass al contar con una naturaleza indefinida de pasajes atormentados y retorcidos de un peculiar encanto poético. La banda, formada en Canterbury, comenzó en 1967 tocando una especie de folk hipnótico y abstracto. Tras firmar con el próspero sello de culto Harvest, debutaron en 1969 con Alchemy, un álbum de improvisación instrumental de corte psicodélico y jazzy. En 1970 llegó una absoluta obra maestra, un álbum de título homónimo también conocido como Elements. Para Macbeth, su tercer trabajo, tan solo quedaban el líder Glenn Sweeney (percusión) y Paul Minns (oboe) de la formación original del cuarteto. Se grabó cuando la mitad de la banda -Richard Coff (viola y violín) y Ursula Smith (cello)- ya se habían ido, y estaban a punto de grabar un tercer disco llamado The Dragon Wakes, que se había planteado como un álbum eléctrico con influencias rock. Al margen de una pocas sesiones, el disco nunca llegó a terminarse. Los temas presentados en la película fueron compuestos de forma improvisada mientras veían extractos en blanco y negro de la obra. La música, grabada en seis semanas en los Air Studios de George Martin, en julio de 1971, tiene la misma dimensión poco convencional y bastante única que caracteriza a la película. Es música de autor para una película de autor. Encaja perfectamente en la narrativa libre, delirantemente idiosincrática, de la historia adaptada por Polanski. Glenn Sweeney resumía su creación mejor que cualquier intento por parte de los críticos: la música de Third Ear Band es un reflejo del universo, como la ilusión de un juego de magia, simplemente porque no podría ser otra cosa. Las palabras no pueden describir esta danza de sonido estática, o explicar la repetición alquímica buscando y, a veces, encontrando formas arquetípicas, elementos y ritmos…. Hay un ambiente general arty-medieval, y resulta folky lúdico en cortes como 'Overture', 'Iverness', 'Court Dance' y 'Fleance', donde las interjecciones experimentales funcionan como mecanismos coloridos. 'Fleance', con Keith Chegwin como cantante invitado, es un punto álgido deslumbrante. Asaltos poéticos de música concreta están presentes en temas como 'The Beach', 'Ambush', 'Prophesies', como si cada fragmento de percusión, canto de gaviotas o silbido agudo nos estuviera llevando hacia olas de miedo en lo desconocido. Hay otras preciosidades perdidas dentro de los 44 minutos del disco, como la melodía de oboe minimalista de 'Lady Macbeth', flotante como un ciempiés en sueños o los líricos acordes de guitarra en 'The Banquet' enfatizando un clímax de misterio absoluto. Y, por cierto, esta es la canción que tocan durante el banquete en el castillo cuando la banda sale durante unos pocos segundos en la película. Teniendo en cuenta la singularidad de la película, tenemos aquí una banda sonora sublime para la misma. Música que nos hace sentir lo insondable y lo impredecible, a veces discurriendo con suavidad, como una pieza sólida y misteriosa. Cierra los ojos y disfruta de una aventura a bordo de esta alfombra caleidoscópica de la imaginación de posibilidades inesperadas.