VV.AA.
MAGnífico Boogaloo
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MAGnífico Boogaloo
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975.
Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
A mediados de los 60 se desarrolló una gran escena de boogaloo en Perú, geográficamente bien distante de su lugar de origen, Nueva York, donde canciones tan icónicas como 'Bang Bang' y 'El pito' fusionaban soul y funk con sonidos latinos, conquistando salones de baile y espacio en los programas de radio. La tendencia se expandió rápidamente a los países caribeños y de allí saltó a la ciudad de Lima. 'El pito', creación colectiva del sexteto de Joe Cuba, fue especialmente popular. Despojado de arreglos sobrecargados, la espontánea improvisación de la canción caló entre las generaciones más jóvenes, ávidas de escuchar nueva música tras el embargo de EEUU sobre la distribución de música cubana.
En julio de 1966, Disperú, el sello de Rebeca Llave, publicó el 45 de 'El pito' (así como el LP de Joe Cuba), promocionando el single en el periódico más prestigioso del país: El Comercio. En el artículo de prensa se aseguraba que el disco había vendido 70.000 copias en Nueva York y 50.000 en Los Angeles. Ese mismo año se lanzaron versiones locales enfocadas al baile a cargo de Alfredo Linares (MAG) y Lucho Macedo (Virrey), seguidas de otra del argentino residente en Perú Enrique Lynch (Sono Radio). Estos discos fueron un éxito entre una generación de jóvenes que abrazaba con igual entusiasmo el garage de Los York’s o la banda de Lucho Macedo.
Aunque Joe Bataan mantiene que el boogaloo desapareció a finales de los 60 debido a las discográficas y sus artistas más veteranos (que conspiraron contra la nueva generación de cantantes), Pete Rodríguez, Richie Ray y los Lebrón Brothers continuaron publicando discos de Boogaloo en Perú, pero pronto se impuso la salsa.
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975. Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
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Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975.
Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
A mediados de los 60 se desarrolló una gran escena de boogaloo en Perú, geográficamente bien distante de su lugar de origen, Nueva York, donde canciones tan icónicas como 'Bang Bang' y 'El pito' fusionaban soul y funk con sonidos latinos, conquistando salones de baile y espacio en los programas de radio. La tendencia se expandió rápidamente a los países caribeños y de allí saltó a la ciudad de Lima. 'El pito', creación colectiva del sexteto de Joe Cuba, fue especialmente popular. Despojado de arreglos sobrecargados, la espontánea improvisación de la canción caló entre las generaciones más jóvenes, ávidas de escuchar nueva música tras el embargo de EEUU sobre la distribución de música cubana.
En julio de 1966, Disperú, el sello de Rebeca Llave, publicó el 45 de 'El pito' (así como el LP de Joe Cuba), promocionando el single en el periódico más prestigioso del país: El Comercio. En el artículo de prensa se aseguraba que el disco había vendido 70.000 copias en Nueva York y 50.000 en Los Angeles. Ese mismo año se lanzaron versiones locales enfocadas al baile a cargo de Alfredo Linares (MAG) y Lucho Macedo (Virrey), seguidas de otra del argentino residente en Perú Enrique Lynch (Sono Radio). Estos discos fueron un éxito entre una generación de jóvenes que abrazaba con igual entusiasmo el garage de Los York’s o la banda de Lucho Macedo.
Aunque Joe Bataan mantiene que el boogaloo desapareció a finales de los 60 debido a las discográficas y sus artistas más veteranos (que conspiraron contra la nueva generación de cantantes), Pete Rodríguez, Richie Ray y los Lebrón Brothers continuaron publicando discos de Boogaloo en Perú, pero pronto se impuso la salsa.
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975. Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
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MAGnífico Boogaloo
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975.
Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
A mediados de los 60 se desarrolló una gran escena de boogaloo en Perú, geográficamente bien distante de su lugar de origen, Nueva York, donde canciones tan icónicas como 'Bang Bang' y 'El pito' fusionaban soul y funk con sonidos latinos, conquistando salones de baile y espacio en los programas de radio. La tendencia se expandió rápidamente a los países caribeños y de allí saltó a la ciudad de Lima. 'El pito', creación colectiva del sexteto de Joe Cuba, fue especialmente popular. Despojado de arreglos sobrecargados, la espontánea improvisación de la canción caló entre las generaciones más jóvenes, ávidas de escuchar nueva música tras el embargo de EEUU sobre la distribución de música cubana.
En julio de 1966, Disperú, el sello de Rebeca Llave, publicó el 45 de 'El pito' (así como el LP de Joe Cuba), promocionando el single en el periódico más prestigioso del país: El Comercio. En el artículo de prensa se aseguraba que el disco había vendido 70.000 copias en Nueva York y 50.000 en Los Angeles. Ese mismo año se lanzaron versiones locales enfocadas al baile a cargo de Alfredo Linares (MAG) y Lucho Macedo (Virrey), seguidas de otra del argentino residente en Perú Enrique Lynch (Sono Radio). Estos discos fueron un éxito entre una generación de jóvenes que abrazaba con igual entusiasmo el garage de Los York’s o la banda de Lucho Macedo.
Aunque Joe Bataan mantiene que el boogaloo desapareció a finales de los 60 debido a las discográficas y sus artistas más veteranos (que conspiraron contra la nueva generación de cantantes), Pete Rodríguez, Richie Ray y los Lebrón Brothers continuaron publicando discos de Boogaloo en Perú, pero pronto se impuso la salsa.
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975. Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
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Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975.
Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.
A mediados de los 60 se desarrolló una gran escena de boogaloo en Perú, geográficamente bien distante de su lugar de origen, Nueva York, donde canciones tan icónicas como 'Bang Bang' y 'El pito' fusionaban soul y funk con sonidos latinos, conquistando salones de baile y espacio en los programas de radio. La tendencia se expandió rápidamente a los países caribeños y de allí saltó a la ciudad de Lima. 'El pito', creación colectiva del sexteto de Joe Cuba, fue especialmente popular. Despojado de arreglos sobrecargados, la espontánea improvisación de la canción caló entre las generaciones más jóvenes, ávidas de escuchar nueva música tras el embargo de EEUU sobre la distribución de música cubana.
En julio de 1966, Disperú, el sello de Rebeca Llave, publicó el 45 de 'El pito' (así como el LP de Joe Cuba), promocionando el single en el periódico más prestigioso del país: El Comercio. En el artículo de prensa se aseguraba que el disco había vendido 70.000 copias en Nueva York y 50.000 en Los Angeles. Ese mismo año se lanzaron versiones locales enfocadas al baile a cargo de Alfredo Linares (MAG) y Lucho Macedo (Virrey), seguidas de otra del argentino residente en Perú Enrique Lynch (Sono Radio). Estos discos fueron un éxito entre una generación de jóvenes que abrazaba con igual entusiasmo el garage de Los York’s o la banda de Lucho Macedo.
Aunque Joe Bataan mantiene que el boogaloo desapareció a finales de los 60 debido a las discográficas y sus artistas más veteranos (que conspiraron contra la nueva generación de cantantes), Pete Rodríguez, Richie Ray y los Lebrón Brothers continuaron publicando discos de Boogaloo en Perú, pero pronto se impuso la salsa.
Estos dos vinilos muestran la herencia dejada por este movimiento en Perú entre 1966 y 1975. Contienen 22 canciones, a cargo de 17 artistas diferentes, grabadas hace más de cinco décadas y que suponen una invitación al baile para las nuevas generaciones de hoy. Se incluyen temas sobresalientes por músicos como Tito Chicoma, Melcochita, Los Kintos, Otto Rojas o Coco Lagos, entre muchos otros.
MAG fue uno de los mejores y más prolíficos sellos en Perú y, aunque también se involucró en el lanzamiento de otros tipos de música, su especialidad fue la música tropical variada, que coincide con lo que DJs y coleccionistas buscan hoy día con más entusiasmo.