Los Speakers
EN EL MARAVILLOSO MUNDO DE INGESON
Los Speakers
EN EL MARAVILLOSO MUNDO DE INGESON
Último disco grabado por la pionera banda de rock colombiana Los Speakers en 1968 tras dejar atrás su preferencia por la música yeyé y go-gó.
“El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica. Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
Hacia 1968 el rock colombiano ya había dejado atrás su gusto por la música yeyé y go-go. En Medellín Discos Fuentes había terminado su relación contractual con Los Yetis, cuyo disco de despedida “Olvídate” marcó un fuerte tono antisistema. Mientras que las llamas revolucionarias que se habían propagado rápidamente entre los estudiantes de Paris se estaban extinguiendo, la juventud de Bogotá hacía sentir su descontento. Conscientes del efervescente ambiente político alrededor del mundo, Los Speakers escribieron su último disco entre junio y septiembre de aquel convulso 1968.
Para dar forma a estas nuevas canciones, necesitaban un lugar donde poder experimentar libremente con el sonido. Justo entonces, Manuel Drezner, crítico musical e ingeniero de sonido, hizo una aparición providencial y ofreció al trío los modernos estudios Ingesón bajo la condición de que el título del disco incluyera el nombre del estudio.
A lo largo de cuatro meses, Rodrigo, Manuel y Roberto crearon un disco que era completamente distinto a cualquier otra cosa del rock colombiano de la época. Los Speakers usaron tecnología puntera para grabar y mezclar “El maravilloso mundo de Ingesón”, siendo la primera vez que músicos locales tenían acceso a una mesa de mezclas multicanal con la que poder experimentar con todo tipo de efectos de sonido. Los silencios entre canciones se sustituyeron por pequeños intervalos de sonido incluyendo el ruido de un tren atropellando a un transeúnte o el de una bomba explotando…
A pesar de que con frecuencia se etiqueta como un disco conceptual, las cuatro composiciones con las que los miembros de la banda contribuyeron revelan personalidades estéticas muy diversas. Desde la fuerte influencia de la música y la poesía del renacimiento y barroco hasta la crítica social violenta o los manifiestos pacifistas, mezclados con religiosidad y misticismo.
Con la maqueta bajo el brazo, Los Speakers presentaron su proyecto a CBS, Philips, Sonolux y Bambuco. El veredicto de los sellos fue unánime: poco comercial y muy costoso de producir. La banda reaccionó a esta respuesta negative tirando de sus propios ahorros, inventando un sello llamado Kris y autopublicando el disco tal y como lo habían imaginado. Esto llevó a la creación de un concepto gráfico único en Colombia: el disco incluía un folleto con fotos, notas e ilustraciones.
A pesar de que hubo una buena cobertura por parte de los medios, incluyendo apariciones en televisión, periódicos y revistas, el disco —como se podía anticipar— fue un fracaso comercial… “El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica.
Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
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Último disco grabado por la pionera banda de rock colombiana Los Speakers en 1968 tras dejar atrás su preferencia por la música yeyé y go-gó.
“El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica. Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
Hacia 1968 el rock colombiano ya había dejado atrás su gusto por la música yeyé y go-go. En Medellín Discos Fuentes había terminado su relación contractual con Los Yetis, cuyo disco de despedida “Olvídate” marcó un fuerte tono antisistema. Mientras que las llamas revolucionarias que se habían propagado rápidamente entre los estudiantes de Paris se estaban extinguiendo, la juventud de Bogotá hacía sentir su descontento. Conscientes del efervescente ambiente político alrededor del mundo, Los Speakers escribieron su último disco entre junio y septiembre de aquel convulso 1968.
Para dar forma a estas nuevas canciones, necesitaban un lugar donde poder experimentar libremente con el sonido. Justo entonces, Manuel Drezner, crítico musical e ingeniero de sonido, hizo una aparición providencial y ofreció al trío los modernos estudios Ingesón bajo la condición de que el título del disco incluyera el nombre del estudio.
A lo largo de cuatro meses, Rodrigo, Manuel y Roberto crearon un disco que era completamente distinto a cualquier otra cosa del rock colombiano de la época. Los Speakers usaron tecnología puntera para grabar y mezclar “El maravilloso mundo de Ingesón”, siendo la primera vez que músicos locales tenían acceso a una mesa de mezclas multicanal con la que poder experimentar con todo tipo de efectos de sonido. Los silencios entre canciones se sustituyeron por pequeños intervalos de sonido incluyendo el ruido de un tren atropellando a un transeúnte o el de una bomba explotando…
A pesar de que con frecuencia se etiqueta como un disco conceptual, las cuatro composiciones con las que los miembros de la banda contribuyeron revelan personalidades estéticas muy diversas. Desde la fuerte influencia de la música y la poesía del renacimiento y barroco hasta la crítica social violenta o los manifiestos pacifistas, mezclados con religiosidad y misticismo.
Con la maqueta bajo el brazo, Los Speakers presentaron su proyecto a CBS, Philips, Sonolux y Bambuco. El veredicto de los sellos fue unánime: poco comercial y muy costoso de producir. La banda reaccionó a esta respuesta negative tirando de sus propios ahorros, inventando un sello llamado Kris y autopublicando el disco tal y como lo habían imaginado. Esto llevó a la creación de un concepto gráfico único en Colombia: el disco incluía un folleto con fotos, notas e ilustraciones.
A pesar de que hubo una buena cobertura por parte de los medios, incluyendo apariciones en televisión, periódicos y revistas, el disco —como se podía anticipar— fue un fracaso comercial… “El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica.
Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
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Último disco grabado por la pionera banda de rock colombiana Los Speakers en 1968 tras dejar atrás su preferencia por la música yeyé y go-gó.
“El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica. Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
Hacia 1968 el rock colombiano ya había dejado atrás su gusto por la música yeyé y go-go. En Medellín Discos Fuentes había terminado su relación contractual con Los Yetis, cuyo disco de despedida “Olvídate” marcó un fuerte tono antisistema. Mientras que las llamas revolucionarias que se habían propagado rápidamente entre los estudiantes de Paris se estaban extinguiendo, la juventud de Bogotá hacía sentir su descontento. Conscientes del efervescente ambiente político alrededor del mundo, Los Speakers escribieron su último disco entre junio y septiembre de aquel convulso 1968.
Para dar forma a estas nuevas canciones, necesitaban un lugar donde poder experimentar libremente con el sonido. Justo entonces, Manuel Drezner, crítico musical e ingeniero de sonido, hizo una aparición providencial y ofreció al trío los modernos estudios Ingesón bajo la condición de que el título del disco incluyera el nombre del estudio.
A lo largo de cuatro meses, Rodrigo, Manuel y Roberto crearon un disco que era completamente distinto a cualquier otra cosa del rock colombiano de la época. Los Speakers usaron tecnología puntera para grabar y mezclar “El maravilloso mundo de Ingesón”, siendo la primera vez que músicos locales tenían acceso a una mesa de mezclas multicanal con la que poder experimentar con todo tipo de efectos de sonido. Los silencios entre canciones se sustituyeron por pequeños intervalos de sonido incluyendo el ruido de un tren atropellando a un transeúnte o el de una bomba explotando…
A pesar de que con frecuencia se etiqueta como un disco conceptual, las cuatro composiciones con las que los miembros de la banda contribuyeron revelan personalidades estéticas muy diversas. Desde la fuerte influencia de la música y la poesía del renacimiento y barroco hasta la crítica social violenta o los manifiestos pacifistas, mezclados con religiosidad y misticismo.
Con la maqueta bajo el brazo, Los Speakers presentaron su proyecto a CBS, Philips, Sonolux y Bambuco. El veredicto de los sellos fue unánime: poco comercial y muy costoso de producir. La banda reaccionó a esta respuesta negative tirando de sus propios ahorros, inventando un sello llamado Kris y autopublicando el disco tal y como lo habían imaginado. Esto llevó a la creación de un concepto gráfico único en Colombia: el disco incluía un folleto con fotos, notas e ilustraciones.
A pesar de que hubo una buena cobertura por parte de los medios, incluyendo apariciones en televisión, periódicos y revistas, el disco —como se podía anticipar— fue un fracaso comercial… “El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica.
Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
Los Speakers
EN EL MARAVILLOSO MUNDO DE INGESON
Último disco grabado por la pionera banda de rock colombiana Los Speakers en 1968 tras dejar atrás su preferencia por la música yeyé y go-gó.
“El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica. Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.
Hacia 1968 el rock colombiano ya había dejado atrás su gusto por la música yeyé y go-go. En Medellín Discos Fuentes había terminado su relación contractual con Los Yetis, cuyo disco de despedida “Olvídate” marcó un fuerte tono antisistema. Mientras que las llamas revolucionarias que se habían propagado rápidamente entre los estudiantes de Paris se estaban extinguiendo, la juventud de Bogotá hacía sentir su descontento. Conscientes del efervescente ambiente político alrededor del mundo, Los Speakers escribieron su último disco entre junio y septiembre de aquel convulso 1968.
Para dar forma a estas nuevas canciones, necesitaban un lugar donde poder experimentar libremente con el sonido. Justo entonces, Manuel Drezner, crítico musical e ingeniero de sonido, hizo una aparición providencial y ofreció al trío los modernos estudios Ingesón bajo la condición de que el título del disco incluyera el nombre del estudio.
A lo largo de cuatro meses, Rodrigo, Manuel y Roberto crearon un disco que era completamente distinto a cualquier otra cosa del rock colombiano de la época. Los Speakers usaron tecnología puntera para grabar y mezclar “El maravilloso mundo de Ingesón”, siendo la primera vez que músicos locales tenían acceso a una mesa de mezclas multicanal con la que poder experimentar con todo tipo de efectos de sonido. Los silencios entre canciones se sustituyeron por pequeños intervalos de sonido incluyendo el ruido de un tren atropellando a un transeúnte o el de una bomba explotando…
A pesar de que con frecuencia se etiqueta como un disco conceptual, las cuatro composiciones con las que los miembros de la banda contribuyeron revelan personalidades estéticas muy diversas. Desde la fuerte influencia de la música y la poesía del renacimiento y barroco hasta la crítica social violenta o los manifiestos pacifistas, mezclados con religiosidad y misticismo.
Con la maqueta bajo el brazo, Los Speakers presentaron su proyecto a CBS, Philips, Sonolux y Bambuco. El veredicto de los sellos fue unánime: poco comercial y muy costoso de producir. La banda reaccionó a esta respuesta negative tirando de sus propios ahorros, inventando un sello llamado Kris y autopublicando el disco tal y como lo habían imaginado. Esto llevó a la creación de un concepto gráfico único en Colombia: el disco incluía un folleto con fotos, notas e ilustraciones.
A pesar de que hubo una buena cobertura por parte de los medios, incluyendo apariciones en televisión, periódicos y revistas, el disco —como se podía anticipar— fue un fracaso comercial… “El maravilloso mundo de Ingesón” es uno de los discos psicodélicos más inspirados de cuantos se editaron en Sudamérica.
Originalmente autoeditado en su propio sello Producciones Kris, este es un disco de culto prácticamente imposible de encontrar.
Reeditado por primera vez.