Tras más de veinte años juntos, hoy en día Mudhoney suenan tan potentes y desbocados como siempre, o incluso más. La prueba está en este álbum en directo, grabado en Madrid en julio de 2007, donde la banda repasó muchos de sus principales temas en modo de ataque frontal sónico. Fue como una especie de profecía. Al llegar a mi hotel en Berlín en octubre de 1988, la tele daba una versión mal doblada de la película Mudhoney de Russ Meyer. Un par de días más tarde veía el debut europeo en directo del grupo con el nombre de esa película. “Superfuzz Bigmuff” acababa de salir y Sub Pop estaba empezando. No recuerdo mucho del concierto, aparte de que parecía que el ruido que emitían procedía del espacio exterior. No era grunge o hardcore o incluso punk rock, lo que hacían parecía algo completamente nuevo, por lo menos teniendo en cuenta lo que había habido antes. Tenían el pelo muy largo y parecían cuatro Linda Blairs con sus cabezas girando al compás de las tremendas capas de guitarras. Visualmente me recordaban a la pinta que yo suponía que tenían Redd Kross. Fue todo bastante alucinante. Salieron tarde a tocar y todos estábamos muy borrachos. El hipnótico y psicodélico ataque tenía rastros de Detroit en su sangre y se me ocurrió que estos tíos eran The Damned y Nirvana los Sex Pistols de esa escena. Todas las bandas del Noroeste del Pacífico de finales de los 80 y principios de los 90 eran diferentes entre sí pero al mismo tiempo estaban conectadas ya que el interés desmedido de los medios las convirtió en un movimiento que en realidad no existía. La siguiente vez que los vi se habían cortado el pelo pero aún así hicieron trizas a Sonic Youth en Glasgow. Avancemos unos veinte años hasta ahora. Registrado en la sala de Madrid El Sol en marzo de 2007, las grabaciones de Mudhoney siempre se entendieron mejor después de haberlos visto en directo. No creo que exista el equipo capaz de poner riendas a la furia de caballo de este grupo, pero este lanzamiento se queda muy cerca. Mudhoney nunca fueron espesos como muchos de sus compañeros, su ruido siempre se iba en diferentes direcciones, a menudo al mismo tiempo. Adoptaron el formato tradicional de una banda de garage y lo ampliaron hasta crear nuevas y ensordecedoras frecuencias. La última vez que los vi fue un año antes de esta grabación. La banda se encargó de la programación del festival ATP donde tocaron The Scientists y The Flesheaters. Está claro que tienen un gusto excelente además de ser capaces de armar una bulla sónica. A veces está bien tomar riesgos y hacer las cosas por instinto, y a este grupo se le da mejor que a la mayoría. Puede que recibas algún golpe pero un pequeño moratón subliminal no hace ningún daño. La necesidad de vivir uno de sus conciertos es un efecto secundario real que puede ocurrir mientras se escucha este directo o al acabarlo. Tenlo en cuenta. Lindsay Hutton