Los Brincos

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18,00

Munster

Los Brincos

Los Brincos


SKU: MR-SSS 12  |  , ,

Diseño original de 1964. Edición limitada de 1.000 copias. Vinilo de 180 gramos.

Reedición del primer LP de Los Brincos, la respuesta española a los Beatles. Los Brincos fueron el primer grupo español realmente pop, y sus canciones, imagen y actitud representaron un necesario soplo de aire fresco en una escena musical precaria y un país bajo una dictadura. Editado en 1964, contiene el histórico ‘Flamenco’ y ‘Dance The Pulga’. Casi medio siglo después de su aparición, cuesta explicar la enormidad de la ruptura que supusieron Los Brincos. Existían conjuntos juveniles en España desde finales de los cincuenta pero condicionados por la pobreza de instrumentos, la escasa información y la falta de libertades del régimen franquista. En general, se dedicaban a hacer versiones de éxitos foráneos y solo editaban EPs de cuatro cortes. De repente, Los Brincos saltaban a otro nivel: ofrecían un repertorio propio, con la asombrosa carta de presentación de un LP reforzado por el lanzamiento de dos EPs y dos singles (soporte entonces poco habitual en España). Novola, el recién nacido sello pop de Zafiro, financiaba la aventura. Todo resultaba bastante impresionante, desde la estética – capas españolas, zapatos de cascabeles – hasta la sugerencia de que ellos iban a generar la “Brincosis”, con su correspondiente baile. Obviamente, el modelo de referencia eran los Beatles, aunque con matices nítidamente nacionalistas, como la indumentaria o la referencia al flamenco. Desde luego, sin ninguna vocación contestataria: incluso, Juan Pardo era hijo de un almirante de la Armada; no se permitían los pelos largos. Habían viajado por el mundo – Antonio Morales, alias Junior, nació en Filipinas – y disponían de unos recursos y unos contactos nada comunes. De todos modos, su vocación musical provocó un drama en aquellas familias conservadoras, con la excepción de Manolo, hermano del actor Agustín González. Burlándose de esas reticencias, durante un tiempo pensaron en bautizarse Las Ovejas Negras. Sin embargo, tenían genuinos méritos rockeros: habían formado parte de Los Estudiantes y los muy sólidos Pekenikes; tanto Juan como Junior habían grabado como solistas. Los antecedentes de Los Brincos y su dolorosa génesis – las muertes de Luis Arbex y Luis Sartorius – están explicados en libros como “45 revoluciones en España” (Dopesa, 1972), de Ángel Casas, y “Érase una vez Los Brincos y Juan & Junior” (Efe Eme, 2006), de César Campoy. El debut de Los Brincos, editado a finales de 1964, lleva la huella de la productora Maryní Callejo, cuyo texto de contraportada muestra un notable escepticismo ante “lo ye-ye”, aunque seguramente ella fue esencial para dar forma a semejante confluencia de talento. Hay tantas baladas como temas trepidantes; ambos extremos sirven para destacar el potencial vocal del grupo. Ciertos detalles evidencian que, más allá de Liverpool, el grupo ha asimilado modelos melódicos mediterráneos e hispanoamericanos. ‘Flamenco’ les convirtió en un grupo de masas. El tema revelaba la chulería que sería parte esencial de la imagen de Los Brincos, una característica que parecía manifestarse especialmente en el baterista Fernando Arbex, que se convertiría en inesperado líder del cuarteto. Diego A Manrique. Publicado por Vinilísssimo

Los Brincos, la respuesta española a los Beatles. Los Brincos fueron el primer grupo español realmente pop, y sus canciones, imagen y actitud representaron un necesario soplo de aire fresco en una escena musical precaria y un país bajo una dictadura.

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Reedición del primer LP de Los Brincos, la respuesta española a los Beatles. Los Brincos fueron el primer grupo español realmente pop, y sus canciones, imagen y actitud representaron un necesario soplo de aire fresco en una escena musical precaria y un país bajo una dictadura. Editado en 1964, contiene el histórico ‘Flamenco’ y ‘Dance The Pulga’. Casi medio siglo después de su aparición, cuesta explicar la enormidad de la ruptura que supusieron Los Brincos. Existían conjuntos juveniles en España desde finales de los cincuenta pero condicionados por la pobreza de instrumentos, la escasa información y la falta de libertades del régimen franquista. En general, se dedicaban a hacer versiones de éxitos foráneos y solo editaban EPs de cuatro cortes. De repente, Los Brincos saltaban a otro nivel: ofrecían un repertorio propio, con la asombrosa carta de presentación de un LP reforzado por el lanzamiento de dos EPs y dos singles (soporte entonces poco habitual en España). Novola, el recién nacido sello pop de Zafiro, financiaba la aventura. Todo resultaba bastante impresionante, desde la estética – capas españolas, zapatos de cascabeles – hasta la sugerencia de que ellos iban a generar la “Brincosis”, con su correspondiente baile. Obviamente, el modelo de referencia eran los Beatles, aunque con matices nítidamente nacionalistas, como la indumentaria o la referencia al flamenco. Desde luego, sin ninguna vocación contestataria: incluso, Juan Pardo era hijo de un almirante de la Armada; no se permitían los pelos largos. Habían viajado por el mundo – Antonio Morales, alias Junior, nació en Filipinas – y disponían de unos recursos y unos contactos nada comunes. De todos modos, su vocación musical provocó un drama en aquellas familias conservadoras, con la excepción de Manolo, hermano del actor Agustín González. Burlándose de esas reticencias, durante un tiempo pensaron en bautizarse Las Ovejas Negras. Sin embargo, tenían genuinos méritos rockeros: habían formado parte de Los Estudiantes y los muy sólidos Pekenikes; tanto Juan como Junior habían grabado como solistas. Los antecedentes de Los Brincos y su dolorosa génesis – las muertes de Luis Arbex y Luis Sartorius – están explicados en libros como “45 revoluciones en España” (Dopesa, 1972), de Ángel Casas, y “Érase una vez Los Brincos y Juan & Junior” (Efe Eme, 2006), de César Campoy. El debut de Los Brincos, editado a finales de 1964, lleva la huella de la productora Maryní Callejo, cuyo texto de contraportada muestra un notable escepticismo ante “lo ye-ye”, aunque seguramente ella fue esencial para dar forma a semejante confluencia de talento. Hay tantas baladas como temas trepidantes; ambos extremos sirven para destacar el potencial vocal del grupo. Ciertos detalles evidencian que, más allá de Liverpool, el grupo ha asimilado modelos melódicos mediterráneos e hispanoamericanos. ‘Flamenco’ les convirtió en un grupo de masas. El tema revelaba la chulería que sería parte esencial de la imagen de Los Brincos, una característica que parecía manifestarse especialmente en el baterista Fernando Arbex, que se convertiría en inesperado líder del cuarteto. Diego A Manrique. Publicado por Vinilísssimo

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Reedición del primer LP de Los Brincos, la respuesta española a los Beatles. Los Brincos fueron el primer grupo español realmente pop, y sus canciones, imagen y actitud representaron un necesario soplo de aire fresco en una escena musical precaria y un país bajo una dictadura. Editado en 1964, contiene el histórico ‘Flamenco’ y ‘Dance The Pulga’. Casi medio siglo después de su aparición, cuesta explicar la enormidad de la ruptura que supusieron Los Brincos. Existían conjuntos juveniles en España desde finales de los cincuenta pero condicionados por la pobreza de instrumentos, la escasa información y la falta de libertades del régimen franquista. En general, se dedicaban a hacer versiones de éxitos foráneos y solo editaban EPs de cuatro cortes. De repente, Los Brincos saltaban a otro nivel: ofrecían un repertorio propio, con la asombrosa carta de presentación de un LP reforzado por el lanzamiento de dos EPs y dos singles (soporte entonces poco habitual en España). Novola, el recién nacido sello pop de Zafiro, financiaba la aventura. Todo resultaba bastante impresionante, desde la estética – capas españolas, zapatos de cascabeles – hasta la sugerencia de que ellos iban a generar la “Brincosis”, con su correspondiente baile. Obviamente, el modelo de referencia eran los Beatles, aunque con matices nítidamente nacionalistas, como la indumentaria o la referencia al flamenco. Desde luego, sin ninguna vocación contestataria: incluso, Juan Pardo era hijo de un almirante de la Armada; no se permitían los pelos largos. Habían viajado por el mundo – Antonio Morales, alias Junior, nació en Filipinas – y disponían de unos recursos y unos contactos nada comunes. De todos modos, su vocación musical provocó un drama en aquellas familias conservadoras, con la excepción de Manolo, hermano del actor Agustín González. Burlándose de esas reticencias, durante un tiempo pensaron en bautizarse Las Ovejas Negras. Sin embargo, tenían genuinos méritos rockeros: habían formado parte de Los Estudiantes y los muy sólidos Pekenikes; tanto Juan como Junior habían grabado como solistas. Los antecedentes de Los Brincos y su dolorosa génesis – las muertes de Luis Arbex y Luis Sartorius – están explicados en libros como “45 revoluciones en España” (Dopesa, 1972), de Ángel Casas, y “Érase una vez Los Brincos y Juan & Junior” (Efe Eme, 2006), de César Campoy. El debut de Los Brincos, editado a finales de 1964, lleva la huella de la productora Maryní Callejo, cuyo texto de contraportada muestra un notable escepticismo ante “lo ye-ye”, aunque seguramente ella fue esencial para dar forma a semejante confluencia de talento. Hay tantas baladas como temas trepidantes; ambos extremos sirven para destacar el potencial vocal del grupo. Ciertos detalles evidencian que, más allá de Liverpool, el grupo ha asimilado modelos melódicos mediterráneos e hispanoamericanos. ‘Flamenco’ les convirtió en un grupo de masas. El tema revelaba la chulería que sería parte esencial de la imagen de Los Brincos, una característica que parecía manifestarse especialmente en el baterista Fernando Arbex, que se convertiría en inesperado líder del cuarteto. Diego A Manrique. Publicado por Vinilísssimo


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Reedición del primer LP de Los Brincos, la respuesta española a los Beatles. Los Brincos fueron el primer grupo español realmente pop, y sus canciones, imagen y actitud representaron un necesario soplo de aire fresco en una escena musical precaria y un país bajo una dictadura. Editado en 1964, contiene el histórico ‘Flamenco’ y ‘Dance The Pulga’. Casi medio siglo después de su aparición, cuesta explicar la enormidad de la ruptura que supusieron Los Brincos. Existían conjuntos juveniles en España desde finales de los cincuenta pero condicionados por la pobreza de instrumentos, la escasa información y la falta de libertades del régimen franquista. En general, se dedicaban a hacer versiones de éxitos foráneos y solo editaban EPs de cuatro cortes. De repente, Los Brincos saltaban a otro nivel: ofrecían un repertorio propio, con la asombrosa carta de presentación de un LP reforzado por el lanzamiento de dos EPs y dos singles (soporte entonces poco habitual en España). Novola, el recién nacido sello pop de Zafiro, financiaba la aventura. Todo resultaba bastante impresionante, desde la estética – capas españolas, zapatos de cascabeles – hasta la sugerencia de que ellos iban a generar la “Brincosis”, con su correspondiente baile. Obviamente, el modelo de referencia eran los Beatles, aunque con matices nítidamente nacionalistas, como la indumentaria o la referencia al flamenco. Desde luego, sin ninguna vocación contestataria: incluso, Juan Pardo era hijo de un almirante de la Armada; no se permitían los pelos largos. Habían viajado por el mundo – Antonio Morales, alias Junior, nació en Filipinas – y disponían de unos recursos y unos contactos nada comunes. De todos modos, su vocación musical provocó un drama en aquellas familias conservadoras, con la excepción de Manolo, hermano del actor Agustín González. Burlándose de esas reticencias, durante un tiempo pensaron en bautizarse Las Ovejas Negras. Sin embargo, tenían genuinos méritos rockeros: habían formado parte de Los Estudiantes y los muy sólidos Pekenikes; tanto Juan como Junior habían grabado como solistas. Los antecedentes de Los Brincos y su dolorosa génesis – las muertes de Luis Arbex y Luis Sartorius – están explicados en libros como “45 revoluciones en España” (Dopesa, 1972), de Ángel Casas, y “Érase una vez Los Brincos y Juan & Junior” (Efe Eme, 2006), de César Campoy. El debut de Los Brincos, editado a finales de 1964, lleva la huella de la productora Maryní Callejo, cuyo texto de contraportada muestra un notable escepticismo ante “lo ye-ye”, aunque seguramente ella fue esencial para dar forma a semejante confluencia de talento. Hay tantas baladas como temas trepidantes; ambos extremos sirven para destacar el potencial vocal del grupo. Ciertos detalles evidencian que, más allá de Liverpool, el grupo ha asimilado modelos melódicos mediterráneos e hispanoamericanos. ‘Flamenco’ les convirtió en un grupo de masas. El tema revelaba la chulería que sería parte esencial de la imagen de Los Brincos, una característica que parecía manifestarse especialmente en el baterista Fernando Arbex, que se convertiría en inesperado líder del cuarteto. Diego A Manrique. Publicado por Vinilísssimo

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