Los Cheyenes eran cuatro adolescentes de Poble Sec, los hermanos Roberto (cantante y guitarra solista) y Joselín Vercher (bajista, coros) mas José María Garcés (guitarra rítmica y coros) y la batería de Ramón Colom (ex-Flaming Stars, el único con experiencia previa). Imagen chulesca, desafiante. Jóvenes airados con un repertorio propio influenciado por el R&B blanco británico. Debutan en 1965 con ‘Válgame la Macarena’, una canción escrita por Jorge Domingo de aire racial a la estela de “Flamenco” y lo más parecido que tuvieron nunca a un hit. Es el tema estrella de su primer EP completado con una versión del ‘Come On Now’ de Los Kinks (‘Ven ahora’), ‘No me esperes’ (otro tema de Jorge Domingo) y una composición propia (‘Lloré por ti’). Se intuyen las costuras de algo grande, único, aunque la carencia de medios y la celeridad por ubicarlos en el negocio no les ayudan en demasía. Tampoco su carácter indómito. Intentan rentabilizar el episodio censor que les impide aparecer en TVE al negarse a cortar sus cabellos con una parodia de dicho asunto que provoca atascos en la Gran Vía madrileña ante los estudios de Radio Madrid. Ese mismo año publican un segundo y fantástico EP donde ya desde la portada, con sus rostros en un primer plano en blanco y negro, semejando zombis narcotizados, se advierte que son otra cosa, en absoluto controlables. Dos temas propios (‘Conoces el final’ y ‘¿Por qué te fuiste?’) junto a una revisión de los Guess Who según los Hollies (‘Y olvídame’) más otra composición de Jorge Domingo (‘Devuélveme el corazón’) conforman la perfección de la inmediatez. Energía y rabia. El año siguiente comienza con el sencillo ‘He perdido este juego’ / ‘Tú no llegaste a mí’. La primera, punk antes del punk, es pura adrenalina adolescente: R&B de certeros riffs, metronómica base rítmica y la sorpresa de una armónica maliciosa hacia el final. La segunda, de guitarras refinadas, mezcla folk rock melancólico con el hoy llamado popsike. Un tercer EP finiquita su mágico 1966. Autores de todos sus temas, es el más honesto y fidedigno resumen de lo que son y no están dispuestos a renunciar a ser. Las últimas voluntades de un instante irrepetible que duró casi dos años. La suma de coherencia, rigor, talento y tozudez que solo se da en breves periodos de la vida. Y tal vez ahí debieron haber echado el cierre. Deserciones, compromisos militares, desencanto… Todavía editarán un último sencillo, desganado e injusto con su leyenda. ‘Borrachera’ / ‘Siguiendo el sol’ ya sin Roberto, en la mili, suplido por un nuevo guitarra solista y un nuevo cantante. Roberto regresa en 1968 pero el otoño cheyene es implacable. Publicado por Vinilísssimo