Cumbias con El Miramar

Conjunto Miramar

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Vampisoul

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Cumbias con El Miramar


SKU: VAMPI 197  |  , ,  | 

Primera reedición de Cumbias con el Miramar (1965), el magnífico y muy buscado debut en Discos Fuentes del Conjunto Miramar. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Vinilo de 180 gramos. Parte de la serie de reediciones en Vampisoul de LPs clásicos de Discos Fuentes.

Cumbias con el Miramar es un álbum muy buscado y difícil de encontrar, publicado por Discos Fuentes en 1965. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Todos los temas menos uno son composiciones del propio grupo, la mayoría obra de Hernán Builes y Héctor Quintero. El álbum posee un sonido sencillo y directo de principio a fin. La formación en este momento incluía a Darío Restrepo (Guayabita) al piano, Rubén Darío Restrepo (El Mago) a la guitarra, Héctor Quintero al saxofón, clarinete, flauta, xilófono y voz, Hugo Gil (Chamizo) a la batería, tumbadora y voz, con Hernán Builes como encargado de la dirección de la orquesta, bajo y acordeón. Darío Restrepo ha comentado que el xilófono empleado en esta grabación era un modelo para niños que el grupo compró en Medellín, y hay una exuberancia juvenil contagiosa, una brevedad y sencillez juguetona en este disco que parece contradecir la madurez de los músicos y el prodigioso talento desplegado en su interior. Ese aspecto juvenil es totalmente apropiado ya que el Conjunto Miramar se formó por un grupo de entusiastas muy jóvenes en 1957 en Manizales (aunque algunas fuentes citan Medellín). Los chicos del Miramar eran amigos desde la infancia que querían tocar música juntos durante las vacaciones, dirigidos por Jairo Grisales (acordeón), nativo de Medellín, y el bajista Hernán Builes. A ellos se unió una cambiante formación que incluyó a los hermanos Jairo Darío Gil (Dargil) y Hugo Gil, así como a Hernán Pabón, Augusto Zapata, Roberto de la Barrera y Héctor Quintero. El Conjunto Miramar grabó sus primeros singles para el sello de Medellín Ondina en 1961. Estos singles se compilaron más tarde en un álbum titulado Carruseles (Sonico/INS, 1977); sin embargo, su primer LP como tal fue para el sello Zeida (probablemente grabado en 1962/63), aunque para entonces Grisales había dejado el grupo y Hernán Builes estaba al mando, llevándoles a fichar por Discos Fuentes en 1965. Poco después de que se publicase Cumbias con el Miramar, Builes cambió la formación e instrumentación, poniendo al día su sonido para reflejar las novedades que llegaban desde Caracas, San Juan y Nueva York, añadiendo el vibráfono al estilo del Joe Cuba Sextet (así como fichando a los vocalistas Humberto Huango Muriel, Rodolfo Aicardi y Johnny Moré), renombrando al grupo como Sexteto Miramar y grabando el rompedor álbum ¡Salsa! Mi hermana (la formación dejó Fuentes en 1969 tras otros cuatro exitosos discos). Curiosamente, Cumbias con el Miramar contiene nuevas y mejores versiones de ‘Cumbia del sol’ – una de las canciones del grupo más famosas e influyentes a nivel internacional – y ‘Lelogua’, las cuales habían sido grabadas anteriormente para su LP en Zeida. Además, otros cortes del disco – ‘Cumbia loca’, ‘Cumbia de estrellas’ y ‘Noche y cumbia’ – llevan 50 años siendo favoritos entre DJs, sonideros y bailadores. Pero aunque estas cumbias forman la espina dorsal del álbum y lo sitúan plenamente en la tradición musical colombiana, las canciones del disco de estilo cubano como ‘Mensaje guajiro’ y ‘Lelogua’ apuntan a otra de las obsesiones del público colombiano, la música afroantillana (que sería comercializada como salsa en la siguiente década). El álbum nos ofrece un fascinante retrato de un periodo crucial de la música colombiana cuando influencias externas (como la salsa de Nueva York) y el popular fenómeno de los grupos del interior de raspa o chucu-chucu (descritos como paisa, es decir no provenientes de las regiones afrocolombianas costeras donde empezó la cumbia) estaban provocando una transición del sonido (y generación) antiguo al nuevo. El Conjunto Miramar ciertamente influyó e inspiró el crecimiento de los grupos de raspa juveniles como Los Teenagers, Hispanos, Bobby Soxers, Graduados, Black Stars, Éxitos y Falcons, pero también, bajo el nuevo nombre de Sexteto Miramar, ayudó a que Discos Fuentes abriese paso a la nueva década de los 70 con la salsa dura moderna de Fruko y sus Tesos, como ha reconocido el propio Fruko. Pablo Iglesias aka DJ Bongohead

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Primera reedición de Cumbias con el Miramar (1965), el magnífico y muy buscado debut en Discos Fuentes del Conjunto Miramar. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Vinilo de 180 gramos. Parte de la serie de reediciones en Vampisoul de LPs clásicos de Discos Fuentes.

Cumbias con el Miramar es un álbum muy buscado y difícil de encontrar, publicado por Discos Fuentes en 1965. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Todos los temas menos uno son composiciones del propio grupo, la mayoría obra de Hernán Builes y Héctor Quintero. El álbum posee un sonido sencillo y directo de principio a fin. La formación en este momento incluía a Darío Restrepo (Guayabita) al piano, Rubén Darío Restrepo (El Mago) a la guitarra, Héctor Quintero al saxofón, clarinete, flauta, xilófono y voz, Hugo Gil (Chamizo) a la batería, tumbadora y voz, con Hernán Builes como encargado de la dirección de la orquesta, bajo y acordeón. Darío Restrepo ha comentado que el xilófono empleado en esta grabación era un modelo para niños que el grupo compró en Medellín, y hay una exuberancia juvenil contagiosa, una brevedad y sencillez juguetona en este disco que parece contradecir la madurez de los músicos y el prodigioso talento desplegado en su interior. Ese aspecto juvenil es totalmente apropiado ya que el Conjunto Miramar se formó por un grupo de entusiastas muy jóvenes en 1957 en Manizales (aunque algunas fuentes citan Medellín). Los chicos del Miramar eran amigos desde la infancia que querían tocar música juntos durante las vacaciones, dirigidos por Jairo Grisales (acordeón), nativo de Medellín, y el bajista Hernán Builes. A ellos se unió una cambiante formación que incluyó a los hermanos Jairo Darío Gil (Dargil) y Hugo Gil, así como a Hernán Pabón, Augusto Zapata, Roberto de la Barrera y Héctor Quintero. El Conjunto Miramar grabó sus primeros singles para el sello de Medellín Ondina en 1961. Estos singles se compilaron más tarde en un álbum titulado Carruseles (Sonico/INS, 1977); sin embargo, su primer LP como tal fue para el sello Zeida (probablemente grabado en 1962/63), aunque para entonces Grisales había dejado el grupo y Hernán Builes estaba al mando, llevándoles a fichar por Discos Fuentes en 1965. Poco después de que se publicase Cumbias con el Miramar, Builes cambió la formación e instrumentación, poniendo al día su sonido para reflejar las novedades que llegaban desde Caracas, San Juan y Nueva York, añadiendo el vibráfono al estilo del Joe Cuba Sextet (así como fichando a los vocalistas Humberto Huango Muriel, Rodolfo Aicardi y Johnny Moré), renombrando al grupo como Sexteto Miramar y grabando el rompedor álbum ¡Salsa! Mi hermana (la formación dejó Fuentes en 1969 tras otros cuatro exitosos discos). Curiosamente, Cumbias con el Miramar contiene nuevas y mejores versiones de ‘Cumbia del sol’ – una de las canciones del grupo más famosas e influyentes a nivel internacional – y ‘Lelogua’, las cuales habían sido grabadas anteriormente para su LP en Zeida. Además, otros cortes del disco – ‘Cumbia loca’, ‘Cumbia de estrellas’ y ‘Noche y cumbia’ – llevan 50 años siendo favoritos entre DJs, sonideros y bailadores. Pero aunque estas cumbias forman la espina dorsal del álbum y lo sitúan plenamente en la tradición musical colombiana, las canciones del disco de estilo cubano como ‘Mensaje guajiro’ y ‘Lelogua’ apuntan a otra de las obsesiones del público colombiano, la música afroantillana (que sería comercializada como salsa en la siguiente década). El álbum nos ofrece un fascinante retrato de un periodo crucial de la música colombiana cuando influencias externas (como la salsa de Nueva York) y el popular fenómeno de los grupos del interior de raspa o chucu-chucu (descritos como paisa, es decir no provenientes de las regiones afrocolombianas costeras donde empezó la cumbia) estaban provocando una transición del sonido (y generación) antiguo al nuevo. El Conjunto Miramar ciertamente influyó e inspiró el crecimiento de los grupos de raspa juveniles como Los Teenagers, Hispanos, Bobby Soxers, Graduados, Black Stars, Éxitos y Falcons, pero también, bajo el nuevo nombre de Sexteto Miramar, ayudó a que Discos Fuentes abriese paso a la nueva década de los 70 con la salsa dura moderna de Fruko y sus Tesos, como ha reconocido el propio Fruko. Pablo Iglesias aka DJ Bongohead

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Cumbias con el Miramar es un álbum muy buscado y difícil de encontrar, publicado por Discos Fuentes en 1965. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Todos los temas menos uno son composiciones del propio grupo, la mayoría obra de Hernán Builes y Héctor Quintero. El álbum posee un sonido sencillo y directo de principio a fin. La formación en este momento incluía a Darío Restrepo (Guayabita) al piano, Rubén Darío Restrepo (El Mago) a la guitarra, Héctor Quintero al saxofón, clarinete, flauta, xilófono y voz, Hugo Gil (Chamizo) a la batería, tumbadora y voz, con Hernán Builes como encargado de la dirección de la orquesta, bajo y acordeón. Darío Restrepo ha comentado que el xilófono empleado en esta grabación era un modelo para niños que el grupo compró en Medellín, y hay una exuberancia juvenil contagiosa, una brevedad y sencillez juguetona en este disco que parece contradecir la madurez de los músicos y el prodigioso talento desplegado en su interior. Ese aspecto juvenil es totalmente apropiado ya que el Conjunto Miramar se formó por un grupo de entusiastas muy jóvenes en 1957 en Manizales (aunque algunas fuentes citan Medellín). Los chicos del Miramar eran amigos desde la infancia que querían tocar música juntos durante las vacaciones, dirigidos por Jairo Grisales (acordeón), nativo de Medellín, y el bajista Hernán Builes. A ellos se unió una cambiante formación que incluyó a los hermanos Jairo Darío Gil (Dargil) y Hugo Gil, así como a Hernán Pabón, Augusto Zapata, Roberto de la Barrera y Héctor Quintero. El Conjunto Miramar grabó sus primeros singles para el sello de Medellín Ondina en 1961. Estos singles se compilaron más tarde en un álbum titulado Carruseles (Sonico/INS, 1977); sin embargo, su primer LP como tal fue para el sello Zeida (probablemente grabado en 1962/63), aunque para entonces Grisales había dejado el grupo y Hernán Builes estaba al mando, llevándoles a fichar por Discos Fuentes en 1965. Poco después de que se publicase Cumbias con el Miramar, Builes cambió la formación e instrumentación, poniendo al día su sonido para reflejar las novedades que llegaban desde Caracas, San Juan y Nueva York, añadiendo el vibráfono al estilo del Joe Cuba Sextet (así como fichando a los vocalistas Humberto Huango Muriel, Rodolfo Aicardi y Johnny Moré), renombrando al grupo como Sexteto Miramar y grabando el rompedor álbum ¡Salsa! Mi hermana (la formación dejó Fuentes en 1969 tras otros cuatro exitosos discos). Curiosamente, Cumbias con el Miramar contiene nuevas y mejores versiones de ‘Cumbia del sol’ – una de las canciones del grupo más famosas e influyentes a nivel internacional – y ‘Lelogua’, las cuales habían sido grabadas anteriormente para su LP en Zeida. Además, otros cortes del disco – ‘Cumbia loca’, ‘Cumbia de estrellas’ y ‘Noche y cumbia’ – llevan 50 años siendo favoritos entre DJs, sonideros y bailadores. Pero aunque estas cumbias forman la espina dorsal del álbum y lo sitúan plenamente en la tradición musical colombiana, las canciones del disco de estilo cubano como ‘Mensaje guajiro’ y ‘Lelogua’ apuntan a otra de las obsesiones del público colombiano, la música afroantillana (que sería comercializada como salsa en la siguiente década). El álbum nos ofrece un fascinante retrato de un periodo crucial de la música colombiana cuando influencias externas (como la salsa de Nueva York) y el popular fenómeno de los grupos del interior de raspa o chucu-chucu (descritos como paisa, es decir no provenientes de las regiones afrocolombianas costeras donde empezó la cumbia) estaban provocando una transición del sonido (y generación) antiguo al nuevo. El Conjunto Miramar ciertamente influyó e inspiró el crecimiento de los grupos de raspa juveniles como Los Teenagers, Hispanos, Bobby Soxers, Graduados, Black Stars, Éxitos y Falcons, pero también, bajo el nuevo nombre de Sexteto Miramar, ayudó a que Discos Fuentes abriese paso a la nueva década de los 70 con la salsa dura moderna de Fruko y sus Tesos, como ha reconocido el propio Fruko. Pablo Iglesias aka DJ Bongohead

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Cumbias con el Miramar es un álbum muy buscado y difícil de encontrar, publicado por Discos Fuentes en 1965. Repleto de estupendas cumbias y gaitas para el baile, el disco es en realidad mucho más diverso de lo que el título pueda dar a entender, ya que contiene otros ritmos y arreglos provenientes de géneros cubanos como la guajira, la guaracha, el guaguancó, la charanga y el son montuno. Todos los temas menos uno son composiciones del propio grupo, la mayoría obra de Hernán Builes y Héctor Quintero. El álbum posee un sonido sencillo y directo de principio a fin. La formación en este momento incluía a Darío Restrepo (Guayabita) al piano, Rubén Darío Restrepo (El Mago) a la guitarra, Héctor Quintero al saxofón, clarinete, flauta, xilófono y voz, Hugo Gil (Chamizo) a la batería, tumbadora y voz, con Hernán Builes como encargado de la dirección de la orquesta, bajo y acordeón. Darío Restrepo ha comentado que el xilófono empleado en esta grabación era un modelo para niños que el grupo compró en Medellín, y hay una exuberancia juvenil contagiosa, una brevedad y sencillez juguetona en este disco que parece contradecir la madurez de los músicos y el prodigioso talento desplegado en su interior. Ese aspecto juvenil es totalmente apropiado ya que el Conjunto Miramar se formó por un grupo de entusiastas muy jóvenes en 1957 en Manizales (aunque algunas fuentes citan Medellín). Los chicos del Miramar eran amigos desde la infancia que querían tocar música juntos durante las vacaciones, dirigidos por Jairo Grisales (acordeón), nativo de Medellín, y el bajista Hernán Builes. A ellos se unió una cambiante formación que incluyó a los hermanos Jairo Darío Gil (Dargil) y Hugo Gil, así como a Hernán Pabón, Augusto Zapata, Roberto de la Barrera y Héctor Quintero. El Conjunto Miramar grabó sus primeros singles para el sello de Medellín Ondina en 1961. Estos singles se compilaron más tarde en un álbum titulado Carruseles (Sonico/INS, 1977); sin embargo, su primer LP como tal fue para el sello Zeida (probablemente grabado en 1962/63), aunque para entonces Grisales había dejado el grupo y Hernán Builes estaba al mando, llevándoles a fichar por Discos Fuentes en 1965. Poco después de que se publicase Cumbias con el Miramar, Builes cambió la formación e instrumentación, poniendo al día su sonido para reflejar las novedades que llegaban desde Caracas, San Juan y Nueva York, añadiendo el vibráfono al estilo del Joe Cuba Sextet (así como fichando a los vocalistas Humberto Huango Muriel, Rodolfo Aicardi y Johnny Moré), renombrando al grupo como Sexteto Miramar y grabando el rompedor álbum ¡Salsa! Mi hermana (la formación dejó Fuentes en 1969 tras otros cuatro exitosos discos). Curiosamente, Cumbias con el Miramar contiene nuevas y mejores versiones de ‘Cumbia del sol’ – una de las canciones del grupo más famosas e influyentes a nivel internacional – y ‘Lelogua’, las cuales habían sido grabadas anteriormente para su LP en Zeida. Además, otros cortes del disco – ‘Cumbia loca’, ‘Cumbia de estrellas’ y ‘Noche y cumbia’ – llevan 50 años siendo favoritos entre DJs, sonideros y bailadores. Pero aunque estas cumbias forman la espina dorsal del álbum y lo sitúan plenamente en la tradición musical colombiana, las canciones del disco de estilo cubano como ‘Mensaje guajiro’ y ‘Lelogua’ apuntan a otra de las obsesiones del público colombiano, la música afroantillana (que sería comercializada como salsa en la siguiente década). El álbum nos ofrece un fascinante retrato de un periodo crucial de la música colombiana cuando influencias externas (como la salsa de Nueva York) y el popular fenómeno de los grupos del interior de raspa o chucu-chucu (descritos como paisa, es decir no provenientes de las regiones afrocolombianas costeras donde empezó la cumbia) estaban provocando una transición del sonido (y generación) antiguo al nuevo. El Conjunto Miramar ciertamente influyó e inspiró el crecimiento de los grupos de raspa juveniles como Los Teenagers, Hispanos, Bobby Soxers, Graduados, Black Stars, Éxitos y Falcons, pero también, bajo el nuevo nombre de Sexteto Miramar, ayudó a que Discos Fuentes abriese paso a la nueva década de los 70 con la salsa dura moderna de Fruko y sus Tesos, como ha reconocido el propio Fruko. Pablo Iglesias aka DJ Bongohead

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