Marie Queenie Lyons es una chica misteriosa, un enigma sureño. Una suerte de Bobbie Gentry negra que tras editar sólo un álbum, SOUL FEVER, se desvaneció. Después de esa publicación suya de 1970, desapareció del mapa del soul para siempre, como una vela romana que se aleja flotando en la cálida noche sureña. Debido a la prodigiosa riqueza de talento de la América negra por aquella época, a menudo grandes álbumes con minúsculos presupuestos de marketing pasaban desapercibidos. Soul Fever era tan sólo una gota en el océano de fabulosas grabaciones de R&B funky que se publicaron aquel año. Pero con el transcurso de las décadas, se ha convertido en un clásico de culto y establecido como uno de los álbumes de soul sureño más preciados de aquella prolífica era. Original de Louisiana, como la mayoría de vocalistas aspirantes negros, Queenie trabajó recorriendo el Circuito Chitlin’ (serie de salas del sureste de EEUU en las que se aceptaba a músicos afro-americanos), haciendo su primera aparición profesional en 1963. Aunque existen muy pocos datos biográficos suyos, se sabe que en el año siguiente Queenie cantó con la banda de King Curtis. Durante el resto de la década de los 60, estuvo contratada como telonera para varios de los mejores artistas de R&B incluyendo a Jackie Wilson, Fats Domino, los Coasters, Jerry Lee Lewis, y – su mayor inspiración – James Brown. King Records era indudablemente la casa que construyó James Brown (JB) y es bastante posible que el Soul Brother nº 1 ayudase a procurar un contrato para Queenie en Deluxe, un subsello de King. Ciertamente, el nombre de JB se menciona en las notas originales de portada del disco SOUL FEVER, aunque no hay pruebas para sugerir que él estuviese implicado activamente en la grabación del álbum de Queenie. Queenie contaba sin duda con las cualidades – tanto de estilo y descaro, como de voz – para ser contratada por James Brown como una de sus funky divas. Pero lo que ocurrió con Queenie tras la publicación de su álbum ha quedado perdido en la noche de los tiempos. SOUL FEVER languideció en la oscuridad durante un par de décadas. Pero lentamente, a lo largo de los años, ha ascendido hasta el estatus de clásico de culto. Piensa en la enigmática Queenie, dondequiera que se encuentre en la actualidad. A juzgar por su única e inmaculada grabación, debe de estar haciendo algo funky…